Ahora que Pemex revisa con lupa sus finanzas, surge la compra que, en las últimas horas de la pasada administración, se realizó de la Terminal Monterra, en el puerto de Tuxpan, por 320 millones de dólares.
Transcripción:
Ahora que Pemex revisa con lupa sus finanzas, surge la compra que, en las últimas horas de la pasada administración, se realizó de la Terminal Monterra, en el puerto de Tuxpan, por 320 millones de dólares.
El expediente, como sabe, cuenta con el visto bueno de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), pero también viene a cuento por lo abultado de la deuda de Pemex y el interés de la nueva administración de Claudia Sheinbaum Pardo por sanear las finanzas de la petrolera. Con pasivos que superan los 110 mil millones de dólares, depende de inyecciones de capital del gobierno para operar, algo que no se pone en duda en los mercados y que habla de la confianza de la comunidad financiera internacional en la continuidad del gobierno de la 4T.
Pero por su monto, la adquisición de marras se presenta en un contexto donde Pemex debería priorizar mejorar su balance financiero de la mano de buscar la eficiencia operativa, un tema que ya se pondera en la Secretaría de Energía, que lleva Luz Elena González Escobar, en la víspera de que se anuncie el programa energético de la administración que recién comienza. Y es que la deuda sigue creciendo mientras la producción de crudo no aumenta y proyectos como la Refinería Dos Bocas generan dudas y la necesidad de seguir aportando recursos en el corto plazo.
Añada que Monterra había reclamado al gobierno federal el pago de daños por 666 millones de dólares tras el cierre de su terminal en 2022, lo que complica aún más la situación. El caso es que existe el mandato al director de Pemex, Ricardo Rodríguez Padilla, de sanear al gigante petrolero, y el tema de la terminal de Monterra sigue siendo un expediente abierto.
ROGELIO VARELA