Indicador Político //El TCL/T-MEC ha muerto, viene para México un tratado bilateral


Resumen:

El TCL/T-MEC ha muerto, viene para México un tratado bilateral

Transcripción:

El TCL/T-MEC ha muerto, viene para México un tratado bilateral

En la reunión del G-7, el presidente Donald Trump dio indicios de su nueva estrategia comercial internacional: terminar con negociaciones con bloques y privilegiar los acuerdos bilaterales. EE. UU. y Canadá ya están negociando un tratado entre ambos, pero México sigue esperanzado en rescatar algo de las cenizas del Tratado trilateral firmado en 1993 y puesto en marcha el 1 de enero de 1994.

El acuerdo entre EE. UU., México y Canadá fue muy complejo debido a la asimetría productiva entre las tres naciones: superdesarrollada la estadounidense, altamente desarrollada la canadiense y muy dependiente la mexicana. Por eso, la insistencia de Trump en el sentido de que Estados Unidos habría estado perdiendo con el pacto comercial trilateral.

En los hechos, Trump no está abjurando de la globalización, pero la está acoplando a partir de argumentos en el sentido de que Estados Unidos habría estado perdiendo hegemonía económica, comercial, industrial y productiva. Esto se debe, sobre todo, a que México se habría estado llevando plantas enteras debido a su bajo costo laboral, lo que ha llevado a una desarticulación de la estructura estadounidense, poniendo como ejemplo el caso de las automotrices.

El otro elemento que ha tomado en cuenta la Casa Blanca para replantear sus tratados comerciales es la competencia inequitativa de China, ya que buena parte de su planta productiva y comercial no ha introducido productos al mercado estadounidense y ha estado tomando la ruta corta de la puerta trasera de México.

El regreso a los tratados comerciales bilaterales no significa un cambio sustancial en las políticas de globalización; en todo caso, Estados Unidos se dio cuenta de que había perdido hegemonía económica al firmar un acuerdo comercial arancelario con México y Canadá, dos países que entre ellos tienen una enorme diferencia en capacidad productiva, y desde luego, es mucho mayor a la que existe entre la planta productiva primaria mexicana y la sofisticada planta industrial estadounidense.

La negociación de un tratado bilateral comercial de México con Estados Unidos --es decir, con Trump-- será mucho más costosa para México, porque la planta productiva mexicana prácticamente se desmanteló o se desindustrializó en estos poco más de 30 años de Tratado trilateral. México medio disfrazaba su participación con productos que venían de otros países, a los cuales solo se les ponía la etiqueta de "hecho en México". La participación de productos mexicanos en las importaciones bajó casi 20 puntos en los últimos 30 años.

Para poder tener un aprovechamiento real de un nuevo tratado bilateral, México estaría obligado, en el cortísimo plazo, a realizar inversiones en el sector industrial, que no se tienen, porque la desindustrialización, al mismo tiempo, disminuyó la capacidad de recursos empresariales para productos intermedios, sobre todo de bienes de capital. Además, México descuidó en estos 30 años de trilateralismo comercial la oportunidad de elevar su capacidad productiva al ignorar los rubros de educación y desarrollo tecnológico, y ahí está la cifra contundente del 55 % de la población económicamente activa ubicada en el sector informal de la economía.

La informalidad es otro elemento importante para detectar el fracaso de la capacidad productiva nacional para una mejor competencia. El Estado entró, desde finales del siglo pasado, en una severa crisis fiscal que le redujo la capacidad de recursos para estimular, con gasto público, el dinamismo de la inversión privada. Desde 2018, el Estado simplemente decidió usar los recursos públicos a través de ingresos fiscales para programas específicos de subsidio improductivo a sectores marginales y para obra pública que no pudo convertirse en un factor multiplicador de una economía más productiva.

Si era muy amplia la diferencia en capacidad productiva de México con Estados Unidos cuando se negoció el Tratado a principios de 1990, ahora las evidencias revelan una mayor incapacidad productiva de México, ya que se olvidó de estímulos públicos a la pequeña y mediana industria. En todos los años de vigencia del Tratado, se corrió a cargo de la doctrina desindustrializadora de Jaime Serra Puche, el secretario de Comercio que firmó el TCL en 1993. Sin inversión pública, la planta productiva mexicana se colocó hasta el final de las cadenas productivas internacionales.

Si se cumplen todas las previsiones que está estableciendo Trump en la negociación de tratados bilaterales, el adelanto de la negociación del TLC este año y no el próximo podría dar por terminado el trilateralismo y, de una vez, enrolar a México, aun en estos tiempos de previsión de negociaciones, a ir pensando en lo inmediato en un tratado bilateral de comercio libre México-Estados Unidos.

Política para dummies: la política es negociación, no la intención de tomarle el pelo al adversario.

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La negociación de un tratado bilateral comercial de México con Estados Unidos --es decir, con Trump-- será mucho más costosa para México porque la planta productiva mexicana prácticamente se desmanteló o se desindustrializó en estos poco más de 30 años de Tratado trilateral, y México medio disfrazaba su participación con productos que venían de otros países y solo se les ponía la etiqueta de hecho en México

CARLOS RAMÍREZ