Resumen:
En el cuarto de guerra de Claudia Sheinbaum se prendieron nuevamente las alertas. Las versiones apuntan a que en los sondeos diarios que recibe la candidata se percibe una menor ventaja frente a la alianza, casi al punto de llegar a diferencias de un dígito. Aún se tiene un colchón considerable sobre Xóchitl Gálvez, pero faltan los tres meses de campaña y la alternativa morenista tendrá que cargar con todo el lastre que le representan sus gobernadores.
Transcripción:
En el cuarto de guerra de Claudia Sheinbaum se prendieron nuevamente las alertas. Las versiones apuntan a que en los sondeos diarios que recibe la candidata se percibe una menor ventaja frente a la alianza, casi al punto de llegar a diferencias de un dígito. Aún se tiene un colchón considerable sobre Xóchitl Gálvez, pero faltan los tres meses de campaña y la alternativa morenista tendrá que cargar con todo el lastre que le representan sus gobernadores.
Los abucheos que en los últimos días recibieron los gobernadores de Morelos y Sinaloa, Cuauhtémoc Blanco y Rubén Rocha Moya, son un termómetro del sentir de la sociedad, que aprovecha los recorridos que hace el máximo líder del movimiento, Andres Manuel López Obrador, para demostrar su descontento con los perfiles que ha impulsado hacia los puestos de gobierno, sobre todo ante el desastre que han resultado sus respectivas administraciones.
Esa es la razón por la que el presidente se niega cada vez más a caminar también por las calles de estados como Guerrero, Zacatecas, Michoacán, Chiapas o Veracruz, donde la función de gobierno ha sido rebasada por la presencia del crimen organizado y en donde la población alberga actualmente un sentimiento de abandono, al percatarse de una rendición de los poderes públicos frente a los verdaderos dueños de los territorios.
Invariablemente, la postura de López Obrador será siempre que estos abucheos son resultado de una campaña de desprestigio, encabezada por sus adversarios los "conservadores", pero está consciente de que los números que arrojan las mediciones son reales y definitivos, y que los colaboradores que ha enviado a representar a la 4T en los diferentes estados terminarán afectando su legado.
Dos nuevas mediciones sobre la aprobación de los gobernadores confirmaron en los últimos días este escenario: una realizada por un grupo de comunicadores que se ha autoidentificado como cercano a Xóchitl Gálvez, CE Research, y otra proveniente de una casa encuestadora seria que ha reportado de manera constante una sólida ventaja de Sheinbaum y Morena sobre la alternativa de la alianza.
Ambos sondeos coinciden en que los gobernadores con mayor aceptación son los de la oposición, principalmente del PAN, y que en los últimos lugares se encuentran permanentemente los de Morena. Mauricio Vila de Yucatán, Tere Jiménez de Aguascalientes y Mauricio Kuri de Querétaro coinciden siempre en el top 5, con un nivel de aceptación que ronda el 60%: mientras que Cuauhtémoc Blancoy David Monreal de Zacatecas y Cuitlahuac García no abandonan nunca el final de la tabla.
Los mandatarios mejor evaluados de Morena en estas mediciones son Julio Menchaca, de Hidalgo, Sergio Salomón Céspedes, de Puebla ambos seguramente beneficiados por el contraste que pueden mostrar con sus controvertidos antecesores: Omar Fayad y Luis Miguel Barbosa Tampoco es buena noticia para Morena que la más reciente integrante de su cartel de gobernadores, Delfina Gómez, del Edomex, se coloque de media tabla para abajo, con una aprobación que ronda el 50%en apenas cinco mese en el cargo. Todo parece indicar que han pegado mucho en la imagen del nuevo gobierno mexiquense el crecimiento del crimen organizado en el estado.
Para el proyecto de continuidad de Morena es indispensable la labor de sus gobernadores, por lo que no es de extrañar que en los próximos días sean llamados nuevamente a Palacio Nacional. La indicación no será que saquen las manos de la elección, aunque en muchos casos sería lo mejor, por el lastre y los negativos que representan varios de ellos.