Resumen:
1. Revés. Por mayoría de votos, el TEPJF, a cargo de Mónica Soto, frenó la purga tricolor y revocó, sin vueltas, la expulsión de Enrique Ochoa Reza del PRI. Su pecado era criticar la reelección de Alejandro Moreno y los estatutos hechos a la medida del campechano. Para los magistrados, no basta con silenciar disensos para mantener la unidad; también hay que probar daño real, y no sólo heridas en el ego del dirigente. Soto, con todo y sus polémicas, defendió el derecho a disentir dentro de un partido político. A Ochoa lo echaron por hablar, pero volverá. Y Alito busca obediencia ciega y cosecha fracturas.
Transcripción:
1. Revés. Por mayoría de votos, el TEPJF, a cargo de Mónica Soto, frenó la purga tricolor y revocó, sin vueltas, la expulsión de Enrique Ochoa Reza del PRI. Su pecado era criticar la reelección de Alejandro Moreno y los estatutos hechos a la medida del campechano. Para los magistrados, no basta con silenciar disensos para mantener la unidad; también hay que probar daño real, y no sólo heridas en el ego del dirigente. Soto, con todo y sus polémicas, defendió el derecho a disentir dentro de un partido político. A Ochoa lo echaron por hablar, pero volverá. Y Alito busca obediencia ciega y cosecha fracturas.
2. Venda en los ojos. La captura de Ulises El Pinto Madera, presentado como lugarteniente de La Barredora, suena más a show que a golpe certero. El analista político Oscar Balmen no se traga el teatro. ¿Segundo al mando y nadie lo conocía? Las autoridades arman espectáculos con peces medianos para simular que buscaban tiburones. Mientras tanto, el verdadero operador, Hernán Bermúdez, sigue prófugo. Y sobre su cómplice de tres décadas, Adán Augusto, el exdirector del CISEN, Guillermo Valdés, no deja espacio para la ingenuidad. Si después de 30 años de amistad no sabía qué hacía su funcionario, sería demasiado obtuso. No lo es.
3. El río sonaba. Para los servicios de inteligencia, Adán Augusto López era una figura incómoda: ni confiable ni útil. Lo dice el especialista Raúl Benítez Manaut con todas sus letras. Si el entonces titular de la Segob hubiese gozado de la mínima credibilidad, le habrían compartido información sobre Hernán Bermúdez, pero no. Ni siquiera lo alertaron, lo que revela que era prescindible. La entrada del CJNG, el desplazamiento de Los Zetas y la violencia huachicolera fueron sucesos frente a los cuales su aparato de seguridad fue un espectador. El “yo no sabía”, entre la ignorancia y la complicidad.
4. Manos largas. A Abelina López, alcaldesa de Acapulco, le incomoda más una nota que el huracán Otis. Mientras Acapulco sigue con cicatrices abiertas y 898 mdp bailan sin rastro claro, la morenista responde con denuncias. El medio Acapulco Trends se atrevió a publicar una investigación sobre un presunto desvío de recursos públicos ligados al desastre de 2023. ¿Respuesta? Violencia política de género, dijo ella. El Tribunal Electoral estatal le compró el argumento. Sanción, disculpas forzadas y linchamiento judicial a quien se atrevió a preguntar. ¿Y quién vigila a Abelina? Nadie.
5. Sin rumbo. Apenas calentando la silla, Margarita González Saravia ya extravió el mapa. En un mes, su aprobación en seguridad cayó del lugar 14 al 21 nacional, y el respaldo ciudadano se evaporó junto con las promesas de transparencia y combate a la corrupción. Parte sí, es herencia de Cuauhtémoc Blanco. En Morelos no sólo se desploman las cifras de confianza, también se multiplican las desapariciones. Jóvenes y adolescentes, sobre todo mujeres, se esfuman sin que nadie en el gobierno atine a explicar por qué. La activista Susana Díaz lo resume, las autoridades dicen que se van “por voluntad propia”. Y lo que revelan es complicidad.