Resumen:
Encerrado en su burbuja todopoderosa de Palacio, el presidente Andrés Manuel López Obrador y sus colaboradores en la Secretaría de Educación Pública (SEP) ignoran, o si lo saben, se desentienden perversamente de ello, que la educación es demasiado importante para ser utilizada como una herramienta de propaganda política. En vez de estar empeñados en imponer una contrarreforma educativa, como gobierno debieran centrarse en cómo podemos utilizar la educación para empoderar a los estudiantes y prepararlos para un futuro exitoso y gratificante.
Resulta más que evidente y no hay que quebrarse la cabeza para advertir que la educación en México, uno de los aspectos más importantes que deben atender los gobiernos, porque es uno de los factores que más influye en el desarrollo y el avance democrático, está en picada; hay un enorme rezago educativo y enfrenta un severo retroceso. Ahí están las cifras oficiales que constatan la debacle.
La propia SEP reveló cifras de la deserción escolar que afectó principalmente a la Educación Básica y no pudo ocultar que más de medio millón de alumnos dejaron de ir a las escuelas durante el ciclo escolar 2021-2022. Y como si esto no fuese suficiente, el gobierno busca a toda costa implementar un “nuevo modelo educativo” con libros de texto gratuito destinados a la educación básica, cuyo contenido ha sido severamente criticado por especialistas y académicos, que han rechazado los contenidos, por considerar que son antipedagógicos, están politizados y con ellos el gobierno pretende adoctrinar a los estudiantes, cuando lo que necesitamos en nuestro país es diseñar nuevos planes y programas educativos de avanzada que sean acordes con el sistema digital del Siglo XXI
Al concluir el presente ciclo escolar 2022-2023 la polémica por los nuevos libros de texto gratuitos se incrementó, porque no hay libros específicos para las asignaturas de español, matemáticas, ciencias naturales, geografía, biología, salud, historia de México e historia universal; los materiales no fueron evaluados, ni se realizaron pruebas piloto.
A pesar de las críticas, los amparos y la suspensión judicial para imprimir los nuevos libros, el presidente López Obrador ha decidido seguir adelante con su plan. Desde su perspectiva, las críticas surgen porque ellos buscan una educación con una dimensión social, humanística y científica, “que se había perdido durante el periodo neoliberal”.
La organización Educación con Rumbo ha señalado que en los libros de texto se habla de la “Cuarta Transformación” y de la visión ideológica y parcial de este gobierno. Lamentan que se utilicen las instituciones del Estado para propagar un pensamiento único, sin base científica y académica. Otto Granados, un reconocido académico, ha señalado que los gobiernos siempre quieren “dejar su huella”, y los libros de texto siempre han sido utilizados para justificar acciones o interpretaciones únicas sobre hechos históricos afines.
La politización de la educación no es un fenómeno exclusivo de México. En todo el mundo, los sistemas educativos a menudo se ven atrapados en debates políticos y se utilizan como herramientas para promover ciertas ideologías o agendas. En España durante el franquismo, se vendió la idea de que la riqueza del país era gracias a Dios. En Argentina, el peronismo intentó instalar un culto a Eva Perón.
En Chile, el pinochetismo y los gobiernos de centro-derecha trataron de legitimar la dictadura militar.
Un estudio de la Enciclopedia de Problemas Mundiales titulado Politicization of Education” destaca la politización de la educación como un problema global, donde la dominación ideológica y la politización son preocupaciones comunes. Rick Hess, analista de la revista Forbes en un artículo titulado “The Politicization Of Education Is Destroying Our Nation Future”, publicado en junio de 2021, expone cómo la educación se ha politizado con debates sobre qué se debe enseñar en las escuelas y cómo se debe enseñar. Advierte que la educación se ha convertido en un campo de batalla para las luchas ideológicas, con diferentes grupos tratando de influir para reflejar sus propias visiones del mundo.
El grupo multidisciplinaria CIEO, conformado por un grupo de expertos académicos y autores independientes, con sede en el Reino Unido, presentó un trabajo realizado por Bernd Ahrbeck Marion Felderen, profesores especializados en educación y pedagogía, quienes exploraron el impacto de la politización de la educación en las escuelas alemanas, con un enfoque particular en la enseñanza del género y la demanda de una inclusión plena.
Ellos aseguraron que las escuelas deben protegerse de la apropiación ideológica y concentrarse en sus tareas principales, transmitiendo el conocimiento colectivo y los logros culturales de la sociedad, y socializando a los niños para que actúen con autodisciplina en el logro de sus propios objetivos.
Transcripción:
Encerrado en su burbuja todopoderosa de Palacio, el presidente Andrés Manuel López Obrador y sus colaboradores en la Secretaría de Educación Pública (SEP) ignoran, o si lo saben, se desentienden perversamente de ello, que la educación es demasiado importante para ser utilizada como una herramienta de propaganda política. En vez de estar empeñados en imponer una contrarreforma educativa, como gobierno debieran centrarse en cómo podemos utilizar la educación para empoderar a los estudiantes y prepararlos para un futuro exitoso y gratificante.
Resulta más que evidente y no hay que quebrarse la cabeza para advertir que la educación en México, uno de los aspectos más importantes que deben atender los gobiernos, porque es uno de los factores que más influye en el desarrollo y el avance democrático, está en picada; hay un enorme rezago educativo y enfrenta un severo retroceso. Ahí están las cifras oficiales que constatan la debacle.
La propia SEP reveló cifras de la deserción escolar que afectó principalmente a la Educación Básica y no pudo ocultar que más de medio millón de alumnos dejaron de ir a las escuelas durante el ciclo escolar 2021-2022. Y como si esto no fuese suficiente, el gobierno busca a toda costa implementar un “nuevo modelo educativo” con libros de texto gratuito destinados a la educación básica, cuyo contenido ha sido severamente criticado por especialistas y académicos, que han rechazado los contenidos, por considerar que son antipedagógicos, están politizados y con ellos el gobierno pretende adoctrinar a los estudiantes, cuando lo que necesitamos en nuestro país es diseñar nuevos planes y programas educativos de avanzada que sean acordes con el sistema digital del Siglo XXI
Al concluir el presente ciclo escolar 2022-2023 la polémica por los nuevos libros de texto gratuitos se incrementó, porque no hay libros específicos para las asignaturas de español, matemáticas, ciencias naturales, geografía, biología, salud, historia de México e historia universal; los materiales no fueron evaluados, ni se realizaron pruebas piloto.
A pesar de las críticas, los amparos y la suspensión judicial para imprimir los nuevos libros, el presidente López Obrador ha decidido seguir adelante con su plan. Desde su perspectiva, las críticas surgen porque ellos buscan una educación con una dimensión social, humanística y científica, “que se había perdido durante el periodo neoliberal”.
La organización Educación con Rumbo ha señalado que en los libros de texto se habla de la “Cuarta Transformación” y de la visión ideológica y parcial de este gobierno. Lamentan que se utilicen las instituciones del Estado para propagar un pensamiento único, sin base científica y académica. Otto Granados, un reconocido académico, ha señalado que los gobiernos siempre quieren “dejar su huella”, y los libros de texto siempre han sido utilizados para justificar acciones o interpretaciones únicas sobre hechos históricos afines.
La politización de la educación no es un fenómeno exclusivo de México. En todo el mundo, los sistemas educativos a menudo se ven atrapados en debates políticos y se utilizan como herramientas para promover ciertas ideologías o agendas. En España durante el franquismo, se vendió la idea de que la riqueza del país era gracias a Dios. En Argentina, el peronismo intentó instalar un culto a Eva Perón.
En Chile, el pinochetismo y los gobiernos de centro-derecha trataron de legitimar la dictadura militar.
Un estudio de la Enciclopedia de Problemas Mundiales titulado Politicization of Education” destaca la politización de la educación como un problema global, donde la dominación ideológica y la politización son preocupaciones comunes. Rick Hess, analista de la revista Forbes en un artículo titulado “The Politicization Of Education Is Destroying Our Nation Future”, publicado en junio de 2021, expone cómo la educación se ha politizado con debates sobre qué se debe enseñar en las escuelas y cómo se debe enseñar. Advierte que la educación se ha convertido en un campo de batalla para las luchas ideológicas, con diferentes grupos tratando de influir para reflejar sus propias visiones del mundo.
El grupo multidisciplinaria CIEO, conformado por un grupo de expertos académicos y autores independientes, con sede en el Reino Unido, presentó un trabajo realizado por Bernd Ahrbeck Marion Felderen, profesores especializados en educación y pedagogía, quienes exploraron el impacto de la politización de la educación en las escuelas alemanas, con un enfoque particular en la enseñanza del género y la demanda de una inclusión plena.
Ellos aseguraron que las escuelas deben protegerse de la apropiación ideológica y concentrarse en sus tareas principales, transmitiendo el conocimiento colectivo y los logros culturales de la sociedad, y socializando a los niños para que actúen con autodisciplina en el logro de sus propios objetivos.