Transcripción:
Memoria de la Primera Elección del Poder Judicial
Dicen que lo que no se nombra no existe, por ello desde este espacio quiero dejar constancia de lo sucedido en el primer proceso electoral en dónde se eligieron diversos cargos del Poder Judicial. Los acordeones fueron una terrible y vergonzosa realidad para quienes creemos y defendemos en la democracia, como aquel sistema de Gobierno al que el gran Pepe Mujica la definió cómo el mejor invento del ser humano, que, aunque no es perfecta es perfectible, pero, sobre todo, decía, que había que protegerla.
De manera personal he sido crítica de la reforma judicial desde el inicio, pues considero que elegir por voto popular a jueces, magistrados y ministros no solucionará el problema de fondo, del tráfico de influencias, del grado de corrupción, pero sobre todo está lejos de garantizar una justicia pronta y expedita para los mexicanos. Sin embargo, a pesar de mis dudas de participar o no, desde el Consejo Local del INE protesté cumplir con un mandato constitucional, con la convicción que era mejor estar dentro que ser espectadora. Expresé que la democracia necesita de demócratas y lo sigo afirmando, por ello no puedo dejar de escribir la evidente injerencia del Poder Ejecutivo y Legislativo en el proceso electoral, nadie me lo contó, yo lo vi. Las denuncias de acarreo de votos y acordeones, coaccionando y/o dirigiendo el voto en plena veda electoral, incluso el mismo día de la jornada, fue una realidad.
Hay quienes sostienen que fue una jornada limpia y exitosa, que llegaron perfiles independientes y por mérito propio, los resultados demuestran el comportamiento de la votación a nivel federal y en cada entidad, donde puedo asegurar que el nulo porcentaje de participación no conocía a los candidatos aunados a la complejidad de las boletas. Para ver la pureza de quienes resultaron ganadores, basta revisar su trayectoria.
Finalmente, no quiero dejar de reconocer la labor de quienes integran el Instituto Nacional Electoral, quienes realizaron un trabajo a marchas forzadas, derivado de leyes a vapor, de acuerdos divididos ante la falta de claridad de la norma jurídica, todo mi reconocimiento a los Distritos Electorales, porque es ahí donde se ejecutan las leyes y se opera la elección. Sólo ellos saben lo que les costó llegar al día de la jornada en medio de incertidumbre y tanto rechazo ciudadano, reconozco las horas extenuantes de trabajo en los cómputos distritales, que dan la razón de lo que implicaría haber contado los votos en las casillas, de principio a fin se demostraron su ética y profesionalismo. Qué lástima que todo este esfuerzo de hacer más con menos no haya sido suficiente, para corregir la plana e impulsar una reforma que fortalezca a la institución, aún hay tiempo de redirigir el futuro de la democracia en México.
VIVIANA ISLAS MENDOZA