Transcripción:
Una foto, 20 asesinados, 4 decapitados
Veo la fotografía que publicamos ayer en MILENIO sobre el horror descubierto en la noche en Culiacán y que ilustraba la nota que decía: "Fue alrededor de las 23:47 horas cuando una llamada al 911 alertó sobre la presencia de un vehículo estacionado en condiciones sospechosas. Al llegar al lugar, elementos de la Guardia Nacional y de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana confirmaron que se trataba de una escena violenta: dentro de la vagoneta yacían los cuerpos, aún no identificados, junto a un mensaje colocado en una lona visible desde el exterior.
Además, sobre la carpeta asfáltica del puente, las autoridades encontraron cuatro cuerpos decapitados y una bolsa plástica con cinco cabezas".
El día más violento desde septiembre del año pasado, cuando se desató la guerra entre las facciones criminales que desde hace décadas dominaban el estado, después del secuestro y traslado de El Mayo Zambada a Estados Unidos.
Veo la foto y veo vehículos, elementos de la Guardia Nacional y las policías locales; acordonan el lugar, miran la tragedia.
Sinaloa, en específico Culiacán, la guerra entre esos grupos criminales, esa foto, se ha convertido en el peor ejemplo de dónde está la lucha criminal y dónde está la capacidad de las instituciones de seguridad del país para combatirlas.
Lo sucedido la noche del domingo no debe sorprender a nadie. Son meses de esa guerra. Pero lo que sí nos debería sorprender es que, atendido desde el primer día, según nos han dicho, la situación esté así, tal vez peor.
Ahí ha estado el secretario García Harfuch varias veces, ahí se han movilizado cientos y cientos de elementos de la Guardia Nacional, el Ejército, la Marina. Se supone, eso sí, que es más difícil que se hayan limpiado algunas policías locales. Y aquí estamos, con 20 cadáveres descubiertos una noche.
Culiacán, el estado de Sinaloa, debería ser el objeto de estudio de todo lo que ha estado y está mal en la lucha por un país más seguro y menos violento. Incluido, por supuesto, el análisis de cómo la política y los políticos han protegido y protegen la actividad criminal.
Si no se ha podido pacificar Sinaloa en estos nueve meses, entonces, ¿qué se ha hecho mal? ¿Qué ha sido insuficiente? ¿Qué, si es que hay algo, ha funcionado?
Las nuevas leyes de seguridad recién aprobadas, ¿en qué ayudarán?
Basta mirar la foto. Algo no se ha hecho bien.
CARLOS PUIG