Transcripción:
ELECCIÓN JUDICIAL
Una contienda marcada por la austeridad y la complejidad: EL PRIMER PROCESO ELECTORAL para jueces cierra con dudas, iniquidad entre aspirantes y desinterés ciudadano
El miércoles concluyeron las campañas electorales de más de tres mil 397 candidatas y candidatos que aspiran a ocupar alguno de los 881 cargos del Poder Judicial de la Federación (PJF), en la primera elección popular de jueces, magistrados y ministros en México, un proceso histórico que culminará el próximo 1 de junio.
Durante 60 días, los aspirantes han recorrido un camino lleno de contrastes: desde esfuerzos creativos en redes sociales hasta campañas de a pie con recursos limitados, en un contexto de apatía ciudadana, acusaciones de desigualdad y señalamientos sobre intentos de manipulación electoral. Esta contienda, única en el mundo, no solo ha puesto a prueba la capacidad de las personas aspirantes para conectar con un electorado desinteresado, sino que también ha marcado un parteaguas en la historia política y judicial de México.
Las plataformas digitales, como TikTok, Instagram y X, se convirtieron en el principal escenario para los candidatos, dado que el Instituto Nacional Electoral (INE) prohibió la contratación de publicidad en medios tradicionales y digitales, así como el uso de recursos públicos o privados.
Reportaje Viene de la portada Elección judicial ENTRE APATÍA Y AUSTERIDAD Foto: INE
CANDIDATOS apostaron por redes sociales, con recursos mínimos y un escaso debate sobre justicia y derechos
Sergio Uzeta, las plataformas digitales, como TikTok, Instagram y X, se convirtieron en el principal escenario para los candidatos, dado que el Instituto Nacional Electoral (INE) prohibió la contratación de publicidad en medios tradicionales y digitales, así como el uso de recursos públicos o privados. Esta restricción, destinada a garantizar equidad, obligó a los aspirantes a depender de publicaciones orgánicas y materiales impresos biodegradables.
Sin embargo, la falta de regulación estricta en redes abrió la puerta a una guerra sucia y a estrategias que, en muchos casos, priorizaron la forma sobre el fondo.
Un ejemplo notable fue el de José Antonio Magaña, candidato a juez de distrito en Jalisco, quien recurrió a la ayuda de sus tías para crear contenido en TikTok bajo el nombre "Las Doñitas de Provi". Con un tono humorístico, Magaña se promocionó con frases como "¡Esta campaña no viene con espada, viene con chancla voladora!" y referencias a Star Wars, logrando captar la atención, aunque sin profundizar en propuestas judiciales. Otros candidatos optaron por videos virales, memes y hasta bailes, pero la falta de mensajes sustantivos sobre la impartición de justicia dejó a muchos votantes preguntándose por la preparación de los aspirantes.
No todo fue frivolidad. Algunos candidatos, como los que integraron el sistema "Conóceles" del INE, aprovecharon las redes para compartir sus trayectorias y visiones sobre la justicia. Sin embargo, la ausencia de recursos para amplificar sus publicaciones limitó su alcance, especialmente para aquellos sin una base previa de seguidores. En contraste, aspirantes con mayor exposición previa, como algunos exfuncionarios o figuras públicas, lograron mayor visibilidad, evidenciando una desigualdad inherente en el proceso.
En tierra: el desafío de un electorado apático
Fuera del mundo digital, las y los candidatos recorrieron calles, tocaron puertas y distribuyeron volantes biodegradables, enfrentándose a un electorado mayoritariamente desinteresado. La complejidad del proceso judicial, sumada a la falta de campañas masivas como las de elecciones tradicionales, dificultó captar la atención de los ciudadanos.
"Es un reto hablar de justicia en un país donde la gente está más preocupada por el día a día", comentó una candidata a magistrada en Veracruz, quien prefirió mantenerse anónima. Su campaña, financiada con recursos propios y limitada a un tope de 220 mil 326 pesos para jueces de distrito, consistió en caminatas por mercados y charlas en plazas públicas.
La consejera presidenta del INE, Guadalupe Taddei, destacó que el 95% de los candidatos gastaron menos del 25% de los topes de campaña, lo que refleja una contienda austera, pero también las limitaciones para movilizarse. Mientras algunos candidatos, con mayores recursos personales, pudieron realizar giras extensas, otros dependieron de esfuerzos locales, lo que acentuó las disparidades. En entidades como Michoacán y la Ciudad de México, donde también se eligen cargos judiciales locales, los candidatos reportaron dificultades para explicar a los votantes la importancia de su voto en un sistema judicial percibido como distante.
Acordeones y señalamientos de manipulación
En los últimos días de campaña, la aparición de "acordeones", listas de candidatos supuestamente favorecidos por grupos políticos y funcionarios, desató controversia. Publicaciones en X, como la del usuario @JoseMarioMX, denunciaron ilegalidades como proselitismo en funciones, uso de recursos públicos y promoción de "candidatos favoritos" por parte de actores gubernamentales.
Aunque la ley prohíbe la intervención de partidos políticos, señalamientos contra Morena y el PAN, por intentar influir en la contienda, han avivado el debate sobre la equidad.
Por ejemplo, en Nuevo León, el candidato Jesús Humberto Padilla Flores fue blanco de acusaciones en redes sociales que lo vinculaban al narcomenudeo, mientras que, en Veracruz, Gilberto Salazar enfrentó señalamientos de tener nexos con el crimen organizado. Estas campañas de desprestigio, aunque no verificadas, ilustran la falta de regulación efectiva en las plataformas digitales.
Por otro lado, el PAN ha utilizado la etiqueta #FraudeJudicial para cuestionar la legitimidad del proceso, mientras que el partido Morena ha sido acusado de promover candidatos cercanos a sus intereses, lo que refuerza la percepción de una contienda desigual.
Un parteaguas con claroscuros
A pesar de las críticas, esta elección representa un experimento democrático sin precedentes. La reforma judicial, impulsada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador y respaldada por la mayoría oficialista, busca acercar el Poder Judicial a la ciudadanía, pero ha enfrentado cuestionamientos por su apresurada implementación y las fallas en la selección de candidatos. Errores en los listados, como nombres duplicados o faltas de ortografía, y un presupuesto reducido para el INE, que instalará poco más de 84 mil casillas frente a las 170 mil 182 de 2024, evidencian los retos logísticos.
A medida que las y los candidatos cierran sus campañas, el ambiente es de incertidumbre. La veda electoral, que inicia el 29 de mayo, dará paso a un periodo de reflexión antes de la jornada del 1° de junio. Sin embargo, el desinterés ciudadano, la desigualdad entre candidatos y los intentos de manipulación plantean preguntas sobre la capacidad de este proceso para garantizar un Poder Judicial independiente y confiable.
En palabras de un candidato a juez en la Ciudad de México: "Hemos hecho historia, pero no sé si para bien o para mal".
Lo cierto es que esta elección, con sus luces y sombras, marcará un antes y un después en la forma en que México concibe la justicia.