El rescate a Pemex no alivia gestión.- WSJ
Resumen:
Ciudad de México.- Con el rescate a Pemex con cargo al erario anunciado la semana pasada, el Presidente Andrés Manuel López Obrador sólo beneficia a una petrolera marcada por la mala gestión y la corrupción, y a sus tenedores de deuda, a costa de empobrecer a los mexicanos, señaló ayer Mary Anastasia O Grady, articulista en The Wall Street Journal.
Transcripción:
Ciudad de México.- Con el rescate a Pemex con cargo al erario anunciado la semana pasada, el Presidente Andrés Manuel López Obrador sólo beneficia a una petrolera marcada por la mala gestión y la corrupción, y a sus tenedores de deuda, a costa de empobrecer a los mexicanos, señaló ayer Mary Anastasia O Grady, articulista en The Wall Street Journal.
En su columna The Americas, en la que da una visión semanal de América Latina en el periódico neoyorquino de negocios, O'Grady recordó que, tras mostrarse reacia a intervenir en Pemex, Hacienda refinanciará los vencimientos de deuda externa, luego de que la paraestatal ligó días marcados por sus accidentes y rebajas a su capacidad crediticia por parte de calificadoras internacionales.
"El rescate reducirá el costo de los préstamos de Pemex", escribió la columnista, "pero no hace nada para aliviar la mala gestión, la corrupción, la ineficiencia y la politización de la empresa. Es una admisión de que Pemex no puede salir de su agujero de deuda de 107 mil millones de dólares".
O'Grady destacó la explosión del pasado 7 de julio en la plataforma marina Nohoch-A en el complejo productor de Cantarell, que dejó al menos dos muertos, una persona desaparecida y cientos de miles de barriles derramados en la Sonda de Campeche.
Aunque la petrolera buscó minimizar el accidente, la columnista destacó que fue seguido por una rebaja de la calificación crediticia por parte de Fitch y también de la perspectiva de la deuda por parte de Moodys.
"El accidente fue más que un contratiempo en Pemex, alguna vez un símbolo querido del nacionalismo mexicano", explicó, "para Fitch puede haber sido la gota que colmó el vaso".
La articulista recordó que Fitch apuntó que la rebaja refleja el impacto ambiental y social asociado con los múltiples accidentes que se registraron en las instalaciones de Pemex desde febrero, así como su falta de liquidez.
Además, señaló problemas profundos de Pemex empezando con la promesa de López Obrador en el 2018, cuando asumió la Presidencia, de llevar la producción diaria de crudo de Pemex a más de 2.6 millones de barriles, cuando actualmente está en 1.56 millones diarios incluyendo a las sociedades de la petrolera con privados.
López Obrador, escribió O'Grady, culpa del desempeño deficiente de Pemex a la gestión de la empresa estatal en Administraciones anteriores y a la reforma energética del 2014 que abrió el mercado a una competencia limitada, lo que ha agravado más los problemas de la petrolera.
"Naturalmente", dijo la columnista, "su solución es llenar la empresa con leales y tratar de restaurar su poder de monopolio en la perforación y también en actividades posteriores como la refinación".
Así, las seis refinerías de Pemex utilizan sólo el 54 por ciento de la capacidad instalada, pero AMLO construyó una nueva refinería en Dos Bocas, Tabasco, a un costo estimado de 20 mil millones de dólares, más del doble de lo presupuestado originalmente y aún no se ha puesto en marcha.
Derivado de ser anticuadas e ineficientes, la refinerías dispararon la producción de combustóleo, que genera pérdidas y debe ser quemado para producir electricidad, generando una gran contaminación.
En su columna The Americas, en la que da una visión semanal de América Latina en el periódico neoyorquino de negocios, O'Grady recordó que, tras mostrarse reacia a intervenir en Pemex, Hacienda refinanciará los vencimientos de deuda externa, luego de que la paraestatal ligó días marcados por sus accidentes y rebajas a su capacidad crediticia por parte de calificadoras internacionales.
"El rescate reducirá el costo de los préstamos de Pemex", escribió la columnista, "pero no hace nada para aliviar la mala gestión, la corrupción, la ineficiencia y la politización de la empresa. Es una admisión de que Pemex no puede salir de su agujero de deuda de 107 mil millones de dólares".
O'Grady destacó la explosión del pasado 7 de julio en la plataforma marina Nohoch-A en el complejo productor de Cantarell, que dejó al menos dos muertos, una persona desaparecida y cientos de miles de barriles derramados en la Sonda de Campeche.
Aunque la petrolera buscó minimizar el accidente, la columnista destacó que fue seguido por una rebaja de la calificación crediticia por parte de Fitch y también de la perspectiva de la deuda por parte de Moodys.
"El accidente fue más que un contratiempo en Pemex, alguna vez un símbolo querido del nacionalismo mexicano", explicó, "para Fitch puede haber sido la gota que colmó el vaso".
La articulista recordó que Fitch apuntó que la rebaja refleja el impacto ambiental y social asociado con los múltiples accidentes que se registraron en las instalaciones de Pemex desde febrero, así como su falta de liquidez.
Además, señaló problemas profundos de Pemex empezando con la promesa de López Obrador en el 2018, cuando asumió la Presidencia, de llevar la producción diaria de crudo de Pemex a más de 2.6 millones de barriles, cuando actualmente está en 1.56 millones diarios incluyendo a las sociedades de la petrolera con privados.
López Obrador, escribió O'Grady, culpa del desempeño deficiente de Pemex a la gestión de la empresa estatal en Administraciones anteriores y a la reforma energética del 2014 que abrió el mercado a una competencia limitada, lo que ha agravado más los problemas de la petrolera.
"Naturalmente", dijo la columnista, "su solución es llenar la empresa con leales y tratar de restaurar su poder de monopolio en la perforación y también en actividades posteriores como la refinación".
Así, las seis refinerías de Pemex utilizan sólo el 54 por ciento de la capacidad instalada, pero AMLO construyó una nueva refinería en Dos Bocas, Tabasco, a un costo estimado de 20 mil millones de dólares, más del doble de lo presupuestado originalmente y aún no se ha puesto en marcha.
Derivado de ser anticuadas e ineficientes, la refinerías dispararon la producción de combustóleo, que genera pérdidas y debe ser quemado para producir electricidad, generando una gran contaminación.