Transcripción:
El Tren Maya enfrenta sobrecostos y bajos ingresos mientras intentan rescatarlo añadiendo transporte de carga.
¿Cuáles son las prioridades? ¿Nadie entiende!
Negociazo
Imaginen ustedes, amables lectores, realizar un "negocio" en el que la inversión de éste les cuesta casi 300 por ciento MÁS de lo planeado y a la hora de operarlo reciben sólo el 19 por ciento de los ingresos que esperaban.
Esto más o menos, en resumen, es la esencia del Tren Maya, para cuya resurgencia el Gobierno actual anunció ayer un "paquete" de estímulos para incrementar la cantidad de pasajeros que mueve.
¡Vaya negociazo!
Felicitamos a los actuales responsables por reconocer que este proyecto requiere que sea estimulado su uso, aceptan así que no está dando los resultados esperados, sólo que tememos que ningún paquete ni estímulos pueda salvar a este elefante blanco que nació condenado al fracaso económico, pues se realizó por capricho, sin estudio previo de factibilidad, rentabilidad o funcionalidad.
Se pretextó que era para fomentar el turismo en la zona, pero la realidad es que muy pocos turistas lo usan.
Se realizó por decreto con dinero del pueblo costando nadie sabe con certeza cuánto, pues todo es opaco en la 4T, pero se estima que no menos de 500 mil millones de pesos.
¿Cuántos hospitales, escuelas, puertos, aeropuertos, carreteras, centrales eléctricas y etcétera se pudieron haber hecho con este dinero... y el que le seguirán invirtiendo año con año -del dinero de ustedes, estimados lectores, que conforma los impuestos que ustedes pagan-, pues sus pérdidas resultan enormes?
Éste es el costo material, pero ¿qué precio se le debe asignar a la destrucción de la selva yucateca, a la afectación de la fauna, a la violación de los cenotes y el daño histórico a zonas arqueológicas?
Si no fuese por lo trágico resultaría cómica la concatenación de errores (¿o serán horrores?) cometidos en su construcción, de la cual se ha llenado el anecdotario urbano mexicano de leyendas negras hablando de corrupción extrema y beneficiados que figuran hoy en el elenco nacional de nuestro teatro político.
No criticamos el que postfacto se pretenda rescatar, que intenten fomentar el pasaje que transporta y que hayan tomado la decisión de más pronto que tarde introducir A ÉL el transporte de CARGA.
Ahora permítannos señalar que en esto no deja de haber algo muy irónico, a su vez indicación de que pudieran estar erradas las premisas desde las cuales partieron.
Con el Tren Maya arrancan con un tren de PASAJEROS que, al no contar con la suficiente afluencia de éstos, ahora le pretenden adicionar el transporte de carga para que aumenten los ingresos y pierda menos dinero el proyecto, o sea, que le cueste MENOS al pueblo mexicano.
Ahora, estimados lectores, analicen el otro componente: nuestro País cuenta ya con un eficiente y rentable sistema ferroviario de CARGA, convertido en la arteria por donde fluye la sangre económica del País, las exportaciones, importaciones y bienes necesarios para nuestra maquinaria económica.
Ahora bien, a estos trenes de carga el Gobierno actual les pretende agregar la obligación de TRANSPORTAR PASAJEROS.
O sea, al de pasajeros le agregan carga para incrementar su rentabilidad, y a los de CARGA les quieren recetar pasajeros para REDUCIR su rentabilidad.
¡Nadie entiende!
Si la carga es la que hace rentable la industria ferroviaria ¿por qué desean insertarle con calzador la no rentable del pasaje?
Al Tren Maya, que le urge rescate por incosteable, lo quieren salvar transportando carga.
Pero, mientras, a los que transportan carga y son rentables los pretenden jorobar haciendo que carguen con el incosteable pasaje.
Mientras, al igual que con el Tren Maya, no se han realizado, ni en éste ni en el anterior sexenio, ESTUDIOS profundos de corte económico-financiero para determinar si resultaría RENTABLE para el Gobierno invertir enormes cantidades de dinero en los proyectos de construir rutas de trenes de pasajeros que ya anunció como hecho el actual Gobierno.
Todo, a fin de cuentas, es cuestión de prioridades.
El Gobierno en sí no produce riqueza, no genera valor, de hecho es un destructor de valor, como en PEMEX.
Para todos sus proyectos/caprichos emplea el dinero del pueblo.
La pregunta entonces es ¿qué le urge más al pueblo?, ¿MEDICINAS o pasear en TREN?
La pregunta se contesta sola.
GENARO LOZANO