Transcripción:
41 Av la vida es muy cabrona, pero mientras
no nos falte la pestaña ahí la llevamos” Me dijo Ariana, una de las mujeres trans que cumplen su condena en el Reclusorio Preventivo Varonil Oriente. No me quiso decir su edad porque “eso no se le pregunta a una dama; pero no debe de rebasar los 40 años. En su cuerpo ya se notan los pechos, las caderas y las nalgas que son la prueba fehaciente de una identidad que no corresponde con la nomenclatura del lugar.
Está enfundada en un ceñido vestido con minifalda, estampado con una sobredosis de las iniciales MK, supongo que de Michael Kors (eso sí, con los colores del reglamento). Trae botas de terciopelo negro, con tacón mediano, por arriba de la rodilla. El maquillaje lo usa cargado, aunque es mediodía, y la pestaña, la bendita pestaña, bien pegada, tupida y mirando al cielo.
Ariana, Dayana, Michelle, “La Miami” “La Manzana; “La Bonnie” y Sandra son sólo algunas de las mujeres trans que habitan en el Reclusorio Oriente donde, según las autoridades, de una población general de alrededor de 4 mil Personas Privadas de su Libertad (PPL's), al menos 87 de ellas se reconocen como integrantes de la comunidad LGBTIO-. Esa cifra, y otra que me fue imposible de calcular por lo numerosa, se dieron cita el pasado viernes 23 de junio, en el patio escolar del reclusorio, para participar en las actividades y en el recorrido de la 1* Marcha del Orgullo, nombrada “Orgullo en Reclusión; que se realiza al interior de un reclusorio en todo México.
La iniciativa, que corrió por cuenta de mi querida Saskia Niño de Rivera Cover, co Fundadora de Reinserta, contó con el apoyo de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, quien envió a su ejército de colaboradores de Comunicación Social identificados por sus chalecos azules con el bordado de SSC. A Reinserta se le sumaron otras asociaciones como Casa de la Sal, DKT, Círculo diverso e INSADE quienes, según su vocación, hicieron pruebas gratuitas de VIH, organizaron juegos de mesa para fomentar la educación sexual y POR ALBERTO TAVIRA TWITTER: GBETOTAVIRA permitieron que las PPL escribieran mensajes y dibujos en cartulinas blancas, a propósito de la Marcha. Uno de los que más me llamó la atención y, hasta me conmovió porque vi quién lo escribió, decía “El piraña los apoya; con bonita letra, diseño y toda la cosa.
En el corte del listón (que tenía los colores del arcoíris) estuvieron las autoridades del Reclusorio, las organizadoras, algunas reclusas y las y los invitados especiales de Reinserta como el afamado vocalista de Grupo Firme Jhonny Caz; el influencer Ricardo Peralta, de Pepe y Teo, y ganador de “MasterChef Celebrity México 2022"; la comediante Ana Julia Yeye; y su servidor y amigo, Alberto Tavira, de Política para guapos, que fui invocado por mi también querida Dulce Leal, directora de incidencia de Reinserta para dar un discurso que, palabras más palabras menos, destacaba el valor Histórico de la 1* Marcha del Orgullo en un reclusorio. (El video lo pueden ver en todas mis redes sociales: * betotavira).
Luego de los choros mareadores llegó la fiesta. Al otro extremo de la mesa del presidum comenzó a tocar una banda conformada por los propios reclusos, perfectamente unificados por el color beige. Los convidados por Saskia nos fuimos a bailar junto con ella y su hija Pía. De alguna forma no convertimos en “los bichos raros” de ese hábitat. Mi esposo Brando faldeaba con una enorme bandera del arcoíris mientras que el adorado Ricardo Peralta ocupaba otra bandera de rebozo. Traíamos toda la actitud para levantar el evento. Hicimos lo que pudimos con lo que tuvimos para ser una válvula de escape de un Infierno en el que se intentaba organizar un efímero Paraíso.
A la segunda canción de la banda se me ocurrió armar el alboroto. Así que le pregunté a Jhonny si no tenía inconveniente en echarse un palomazo con los músicos. Me dijo que no. La única condición fue que tocaran música de Grupo Firme. De inmediato fui con el mero mero de la banda y le dije que Jhonny me había dicho que se moría de ganas por echarse un palomazo, que por favor consiguieran a como diera lugar la música de Grupo Firme. Vengo de la escuela de hacer que las cosas sucedan a como de lugar. Y se hizo el milagro. Comenzó a sonar “Yo ya no vuelvo contigo” con la voz de Jhonny Caz quien también interpretó “Ya, supérame"
Luego de los aplausos principió la Marcha. Salimos del centro escolar del Reclusorio. Recorrimos el pasillo principal, llamado “El kilómetro” (adornado con globos de colores) y llegamos hasta el auditorio, donde se realizó un breve pero emotivo show con las recreaciones de las cantantes Selena y María José (interpretadas por Ariana), Paquita la del Barrio (por “La Bonnie”), Amanda Miguel y Marisela (estas dos últimas no son reclusas, pero Amanda está casada con un PPL y me dijo que esa era como su segunda casa).
Al finalizar el show de las imitadoras, los músicos de la banda montaron nuevamente sus modestos instrumentos. Ricardo Peralta subió al escenario del auditorio acompañado de su amigo Jhonny Caz -lo que nadie sabe hasta ahora es que Jhonny se sumó al plan de Ricardo de último momento, la noche anterior dijo “jalo” y, a primera hora, las autoridades de la SSC de la COMX lograron todos los permisos para su acceso-. Ricardo, quien tiene más de 761 mil seguidores en Instagram, enfatizó la importancia de la continuidad: “Nos comentaron que esta es la primera vez que se organiza una Marcha de esta magnitud, de esta forma, en este reclusorio, y esperamos que se siga haciendo cada año"
Apenas pasó el micrófono a Jhonny Caz, la concurrencia solicitó un segundo fragmento de felicidad: “Queeee cantes, queece canteee...” y la generosidad del ídolo de multitudes tuvo un nuevo deslumbramiento. El joven de la sonrisa más tierna que ha parido Tijuana protagonizó una escena llena de las afortunadas contradicciones que siempre celebro. Y es que la 3% voz de Grupo Firme —que llena los estadios más famosos y de mayor capacidad en México, Estados Unidos y Centroamérica, ahora era un simple solista para apenas unas 200 personas en el nada famoso auditorio del reclusorio.
En el mismo cruce de los opuestos, la estrella también dejó su traje de músico de banda y se cobijó con una bandera del arcoíris que le llegaba hasta los tenis. De igual forma, el cantante interpretó el éxito “Ya, supérame” no para los machos sombrerudos que asisten a sus conciertos con botas vaqueras, ahora lo hizo para los gays, las mujeres trans y las lesbianas que estaban de visita. La primera fila que ocupamos mi marido y yo nos permitió atestiguar que las que estaban tras la cortina del lado izquierdo del escenario, las que habían dado el show, todavía maquilladas, con pelucas y enfundadas en sus vestidos coloridos y de lentejuelas, entonaban a todo pulmón “Ya, supérame con dos tacones. Y con los sentimientos al rojo vivo.
Lo inaudito se convirtió en un hecho consumado. “¿Qué siente en este momento, señor director?” Je pregunté al licenciado José Arturo López Ibarra, en la aglomeración de los autógrafos y selfies con Jhonny Caz. “No lo sé. Sinceramente nunca había vivido algo así. Pero vuelvan cuando gusten” Después de cruzar los cinco retenes para poder salir, me cruzó la estela de la esperanza. Si aquello fue posible, comenzaba una nueva batalla por la libertad de ser quien se quiere ser, sin la libertad de estar donde se anhela estar. ¡Ni una más, ni una más... ni una de nuestras hermanas trans!