Uno Hasta el Fondo // Noroña y el fornicio


Resumen:

Noroña y el fornicio

Transcripción:

Noroña y el fornicio

Premio a la mejor analogía del año: votar es como hacer el amor, no se aprende, pero cada vez se hace mejor; ¡Bravo!, senador, su capacidad para relacionar asuntos que nada tienen que ver entre sí seguro la adquirió en sus luchas sociales...

Epantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil reconoció con la mano en el corazón que el senador Noroña es uno de sus clásicos.

Van tres: Taibo, Félix Salgado y Noroña.

Esta tercia guarda misteriosos parecidos.

Confunden el lenguaje florido con la claridad, gritan a la primera provocación; los tres se sienten originales y auténticos a la hora de los madrazos y se la dejan ir muy cabrón a sus adversarios. Perdón, perdón, Gil se refiere a la polémica y al debate, a los conceptos que, sin duda, dominan estos personajes encumbrados; se dedican a la política bajo extraños disfraces: uno de ellos dirige la más grande editorial del Estado mexicano sin haber hecho un presupuesto en su vida, ni editado un libro, ni haber puesto un pie en una editorial, como no sea para entregar los libros de su autoría; el otro ha ocupado cargos de elección popular cuando, en realidad, es cantante, actor y motociclista; y, al final, parejeando, Noroña ocupa la presidencia del Senado cuando en realidad es un arlequín cuyo vocabulario asciende a unas trescientas palabras.

Senador, a escena

Que venga Noroña y baile "La pelusa", pelusa por aquí, pelusa por allá, pelusa por delante y pelusa por detrás. Amigos que no malquieren a Gamés le dicen que una prueba del estado en que se encuentra el ejercicio de la política en Morena y, en consecuencia, en México, puede constatarse en el hecho vergonzoso de que Noroña ocupe la presidencia del Senado de la República.

Pues verán, en conferencia de prensa desde la sede del Senado, el legislador de Morena habló de nueva cuenta sobre la próxima jornada electoral. Es un decir, ¿cómo llamarle a la votación del 1 de junio? ¿Sainete, kermés, agandalle, herradero? En cualquier caso, desaparecerá la división de poderes; la democracia entrará en agonía y morirá. Se oye dramático, pero así ocurrirá.

Gil está de plácemes, lean por qué: "Yo no sé ustedes, pero yo tengo la impresión de que nadie nos enseñó a hacer el amor y lo hicimos. Yo creo que cada vez salió mejor en algunos casos, en otros no tanto, cada quien sabrá. Pero de que uno logra hacerlo, lo logra hacer. Entonces vamos a hacer el amor electoralmente el próximo 1 de junio en materia electoral y cada vez lo haremos mejor".

Premio a la mejor analogía del año: votar es como hacer el amor, no se aprende, pero cada vez se hace mejor, ¡Bravo!, senador, su capacidad para relacionar asuntos que nada tienen que ver entre sí seguro la adquirió en sus luchas sociales. Ahora mal, sin bien, todo se aprende, senador, también el fornicio, faltaba más. Cuéntenos, ande, ¿mejoró? ¿Armas al hombro? ¿Chivito en el precipicio? No se ponga sus moños, senador, cuente.

Gamés cree que cuando le preguntan al senador si fue al cine, él responde: sí, me compré zapatos. Como decía la extinta dra. de Gilga: al que nace barrigón, ni que lo fajen.

Dudas

El senador de las analogías increíbles dijo con gran seguridad: "Todo mundo hará su tarea de revisar por quién tiene qué votar y decidir en libertad por quién va a votar. Eso es insustancial (...) Acá es de partido, entonces, la gente tiene que hacer un esfuerzo adicional de revisar. El INE tiene los perfiles y también hay un micrositio donde uno puede votar porque es un proceso nuevo y todo mundo tiene dudas, es legítimo que las tengan". ¿Dudas? Llamémosle a las cosas por su nombre, más bien simulación y robo a través del enredo. No, senador, se trata de un proceso amañado incomprensible mediante el cual Morena se adueñará del poder judicial.

El senador que hace el amor como si votara y vota como si hiciera el amor, Gil hace un esfuerzo de imaginación y no le halla la cuadratura al círculo, pero en fin. Decía Gil que el senador abordó en la conferencia de prensa la estimación de la participación ciudadana el primer domingo de junio. Al respecto, prefirió no especular, pero espera que la asistencia de las personas a las urnas sea superior al 10 por ciento. Como diría un querido amigo de la juventud de Gilga: atásquense ahora que hay lodo.

Todo es muy raro, caracho, como dice el refrán que le encanta a Gilga: "Si hemos visto caer iglesias, ¿cuánto más ese jacal?".

Gil se va. ¿Cómo llamarle a la votación del 1 de junio? ¿Sainete, kermés, agandalle, herradero?

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