Resumen:
A medida que el mundo enfrenta los retos del cambio climático y la necesidad urgente de descarbonizar las economías, el gas natural ha emergido como un recurso fundamental para facilitar la transición energética hacia un futuro más limpio y sostenible. En el caso de México, este combustible no solo representa una oportunidad inmediata para reducir las emisiones de CO2 en sectores clave, sino que también es crucial para asegurar un suministro energético confiable y seguro, mientras se expande la adopción de energías renovables en la matriz energética del país.
Transcripción:
A medida que el mundo enfrenta los retos del cambio climático y la necesidad urgente de descarbonizar las economías, el gas natural ha emergido como un recurso fundamental para facilitar la transición energética hacia un futuro más limpio y sostenible. En el caso de México, este combustible no solo representa una oportunidad inmediata para reducir las emisiones de CO2 en sectores clave, sino que también es crucial para asegurar un suministro energético confiable y seguro, mientras se expande la adopción de energías renovables en la matriz energética del país.
Uno de los principales argumentos a favor del gas natural es su eficiencia energética y su capacidad para reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con otros combustibles fósiles, como el carbón y combustóleo. El gas natural emite 53.1 kilogramos (kg.) de CO2 por MMBtu, mientras que el carbón, el combustóleo y el diésel emiten 95.5, 75.1, y 74 kg. de CO2, respectivamente. Este atributo convierte al gas natural en una opción preferente para sectores industriales que requieren un suministro constante y menos contaminante.
En el contexto de la descarbonización de México, el gas natural se posiciona como un puente necesario que permite una reducción inmediata de emisiones sin comprometer la eficiencia operativa de sectores clave como el energético y la manufactura. Según el documento "Prospectiva de Gas Natural 2023-2037", de la Secretaría de Energía, en México, 58.9 por ciento del gas natural se utiliza para generar energía eléctrica, 23.2 por ciento en el sector petrolero, 16.8 por ciento en el sector industrial y más de 60 por ciento de la industria lo utiliza por ser el combustible más económico y eficiente. Estas cifras destacan el papel del gas natural en el avance de México hacia sus metas climáticas de manera más efectiva, sin comprometer la competitividad industrial y el desarrollo económico.
Uno de sus aspectos clave es su rol como aliado estratégico de las energías renovables, es decir, dada su capacidad de respuesta rápida y flexibilidad, ofrece el respaldo necesario para asegurar una generación de energía estable, sobre todo, en la intermitencia de fuentes como la solar y la eólica.
Aunado a lo anterior, surge el concepto de gas natural verde, una alternativa innovadora que combina la eficiencia con un menor impacto ambiental. También conocido como biometano, se considera una fuente de energía que no añade metano adicional a la atmósfera, por lo que se convierte en una opción circular y valiosa contra el cambio climático. Este tipo de gas natural se genera a partir de la descomposición de residuos orgánicos, de manera que captura el metano generado por este proceso, evitando que se emita a la atmósfera.
El desarrollo de tecnologías como estas no solo impulsa la sostenibilidad, sino que también abre nuevas oportunidades de inversión y crecimiento para la industria energética. Al adoptar el gas natural verde, México puede consolidarse como líder en innovación energética, promoviendo soluciones que beneficien tanto al medio ambiente como a la seguridad energética del país.
El gas natural no solo es un combustible de transición, sino un pilar estratégico que asegura que la transición hacia energías más limpias en México sea ordenada, eficiente y competitiva, además de que seguirá desempeñando un papel central en el desarrollo de un futuro más limpio y sostenible para México.