Duda Razonable // Biden, el desastre y el tamaño del daño


Resumen:

Se entiende el pánico de los demócratas estadunidenses, y digo demócratas en un sentido más amplio que el del partido. El jueves pasado durante el primer debate rumbo a la elección presidencial de noviembre, Joseph Biden, el mandatario de Estados Unidos, confirmó y reconfirmó e insistió en confirmar lo que su rival Trump y sus seguidores vienen diciendo hace un rato: que no tiene las condiciones físicas y mentales para ser presidente cuatro años más.

Transcripción:

Se entiende el pánico de los demócratas estadunidenses, y digo demócratas en un sentido más amplio que el del partido. El jueves pasado durante el primer debate rumbo a la elección presidencial de noviembre, Joseph Biden, el mandatario de Estados Unidos, confirmó y reconfirmó e insistió en confirmar lo que su rival Trump y sus seguidores vienen diciendo hace un rato: que no tiene las condiciones físicas y mentales para ser presidente cuatro años más.

Desde el minuto 11 del debate, cuando Biden comenzó a tropezar y a hacer pausas extrañas o a decir cosas que nadie entendía, la campaña y la Casa Blanca comenzaron a tratar de arreglar el enorme desaguisado. Que si tenía gripa, que si Trump había dicho puras mentiras, que si en términos de políticas públicas lo había hecho mejor que su rival. Pronto organizaron apoyos de líderes políticos importantes como el ex presidente Obama o el californiano Gavin Newsom, cuyo nombre surgió inmediatamente el jueves como un viable y competitivo sustituto de Biden. Los medios que en sus páginas y programas de opinión lo han apoyado hicieron críticas feroces y pidieron al partido demócrata que considere pedirle que renuncie a la candidatura. El viernes después del debate en un evento de campaña, Biden dio un buen discurso que fue vendido por la campaña como una demostración de que lo del jueves había sido solo un mal momento.

El daño, sin embargo, está hecho. ¿Cuál será la magnitud de ese daño?, lo sabremos en los próximos días cuando comiencen a aparecer nuevas encuestas levantadas este fin de semana, sobre todo en el puñado de estados que decidirán la elección, gracias a la manera en que se eligen los presidentes en Estados Unidos.

Es difícil imaginar un buen escenario para el candidato Biden hoy. Llegó al debate cerca, pero detrás de Trump en varios de esos estados clave. Su trabajo el jueves era ganar el debate aprovechando temas en que Trump había venido perdiendo votos, como el del aborto. Su actuación ahí fue lamentable y confusa. Trump venía mejor preparado, intentando suavizar su postura, lo que de hecho le ha traído en estos días críticas de los más conservadores entre sus seguidores.

Uno se queda con la sensación, a reserva de ver las próximas encuestas, de que lo del jueves puede ser el principio del fin y que la elección puede quedar resuelta mucho antes de noviembre, con lo que un Trump recargado volvería a la Casa Blanca. Da miedo.