Diario de Incertidumbres // Universidades rumanas: todo está en todas partes


Resumen:

DIARIO DE INCERTIDUMBRES Adrián Acosta Silva Investigador del Cucea de la Universidad de Guadalajara.

Transcripción:

DIARIO DE INCERTIDUMBRES Adrián Acosta Silva Investigador del Cucea de la Universidad de Guadalajara

Universidades rumanas: todo está en todas partes

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ucarest, Rumania. Esta ciudad encierra secretos medievales, dilemas del presente y señales del futuro. Región fronteriza entre la Europa central y la Europa del este, Rumania es un país que comparte las tensiones políticas y sociales que hoy recorren a la Unión Europea, que experimentan con especial intensidad sus instituciones de educación superior y, específicamente, sus principales universidades.

Las recientes elecciones presidenciales rumanas, celebradas el 18 de mayo pasado, dieron por resultado el triunfo del candidato Nicous Dan, apoyado por una coalición de partidos y organizaciones políticas de tendencias de centro izquierda, partidarias de la consolidación de la integración europea. Su rival fue el candidato de una coalición antieuropeísta (George Simion), cuya principal fuerza partidista es la Alianza para la Unión de Rumanos (AUR, por sus siglas en rumano) y por el Partido de los Jóvenes (POT), como expresiones del populismo nacionalista y xenófobo que se ha extendido rápidamente por varios países europeos desde hace años. Los resultados electorales en segunda vuelta fueron de 53.6 por ciento para Dan y 46.4 por ciento para Simion.

Este es el contexto político que domina el clima de la educación superior rumana. Según datos del 2023, en un país de poco más de 19 millones de habitantes, un total de 56 instituciones públicas y 41 privadas concentran una matrícula de 545 mil estudiantes. De esta matrícula, 76 por ciento lo hace en estudios de licenciatura, 20 por ciento en maestría y 3.6 por ciento en doctorado. (Las comparaciones, aunque odiosas, de algo sirven: en México, esa distribución es de 92 por ciento en licenciatura, 7.2 por ciento en maestría, y 1.1 por ciento en doctorado). Las universidades de Iasi (1860), de Bucarest (1864) y la de Cluj (1919), son las más grandes y antiguas de Rumania, y están incluidas entre las mejores 700 universidades del mundo.

No obstante, en el contexto de la Unión Europea, Rumania tiene indicadores de bajo rendimiento relativo. Dos de ellos son particularmente relevantes: la población adulta con estudios superiores, y las tasas de abandono de los jóvenes en la educación terciaria. Según datos de la OECD del 2022, mientras que poco más de un tercio de la población europea entre los 25 y 74 años tiene estudios superiores (31.8 por ciento), en Rumania sólo lo posee un 17.4 por ciento. La tasa de abandono prematuro de estudios superiores entre los jóvenes europeos de entre 18 a 24 años es del 9.3 por ciento, mientras que en Rumania es del 16.8 por ciento, el más alto de la UE.

La educación superior en este país está organizada por grados según los acuerdos de Bolonia: una licenciatura de 3 años, una maestría de 2, yun doctorado de 3, aunque existen diferencias entre áreas del conocimiento, disciplinas y carreras. No es inusual que estudiantes de licenciatura de otros países, en sus estancias de intercambio y movilidad internacional, se integren a cursos de nivel de maestría con estudiantes rumanos, como ocurre en el caso de la Escuela Nacional de Ciencias Políticas y Administrativas (SNSPA, por sus siglas en rumano), fundada en 1991. Las exigencias de internacionalización que significan los compromisos con el espacio común europeo de educación superior, con sus apoyos a través de programas de becas como Erasmus o las que ofrece directamente el gobierno rumano a estudiantes internacionales, han hecho de las universidades rumanas un foco importante de atracción para estudiantes de España, Italia, Francia, Grecia, México o Colombia.

Quizá una de las razones profundas que explican ese interés tiene que ver con la historia fronteriza que representa Bucarest, situada muy cerca de la frontera con Bulgaria, pero también con la historia cultural que fluye a través de las aguas del Danubio, el gran río que nace en la Selva Negra alemana, y que atraviesa diez países europeos, hasta desembocar en el Mar Negro, que forma parte de la costa rumana. Ubicada entre los bosques de Transilvania y rodeada por los Montes Cárpatos, Bucarest ejerce una tracción fascinante, donde sus orígenes romanos y medievales alimentaron durante casi medio siglo el pasado socialista que cayó junto con el muro de Berlín y el derrocamiento y ejecución del dictador Nicolai Ceausescu en 1989, en la vorágine de la revolución democrática rumana de ese mismo año.

Alarmante. La tasa de abandono de estudios superiores en Rumania es la más alta de la UE.