Glosas Marginales // Argentina: cuesta abajo en su rodada (con disculpas a Le Pera y Gardel)


Resumen:

n agosto de este año, E el Fondo Monetario.

Transcripción:

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n agosto de este año, E el Fondo Monetario

Internacional (FMI) informó que el programa económico de estabilización acordado con Argentina —que sustentaba el otorgamiento de un paquete de financiamiento por 44 mil millones de dólares — estaba (literalmente) descarrilado. En aquel entonces, la institución proyectó que el PIB real caería 2.5% en 2023 habiendo crecido 5% un año antes, según la CEPAL—. En cuanto a la inflación, los números del FMI eran 60% en 2022 y 120% en 2023. Actualmente, Argentina es el país más endeudado con el FMI.

Tres meses después, la

institución citada revisó la situación y concluyó que el descarrilamiento aludido se había agravado. En parte, el FMI atribuyó el deterioro a una sequía sin precedente en 60 años, pero también a errores (adicionales) de política económica. Ahora, la inflación ronda 140%, pero se proyecta que llegue a alrededor de 190% para el cierre del año; el banco central se ha quedado sin reservas (netas) de divisas; el peso está claramente sobrevaluado; la inyección frecuente de miles de millones de dólares en el mercado cambiario ha sido infructuosa; y, según una encuesta entre especialistas (Relevamiento de Expectativas de Mercado), publicada hace unos días, el PIB caerá 2% en 2023.

Tal era el marco de referencia de las elecciones para presidente de la república (en una segunda ronda de votación), efectuadas el día de ayer. Sergio Massa es el ministro de economía de Argentina, y es el candidato oficialista por la coalición llamada Unión por la Patria. Javier Milei es el candidato de La Libertad Avanza. Massa es peronista y Milei libertario. Cuando escribí este artículo, el resultado aún no se conocía.

A la mitad de la semana pasada, un grupo de notables (Vargas Llosa; Piñera; Rajoy; Macri; Fox; y, Calderón, entre otros) expresó su apoyo a la candidatura de Milei. Al respecto, dice una nota de prensa, los firmantes del manifiesto señalaron a Massa como “el culpable de que Argentina esté estancada en una grave crisis inflacionaria”. Como apunté antes, la crisis es innegable, pero acusar a Massa de ella implica una verdad parcial: el ministro tiene sólo un poco más de año como responsable de la economía, pero la regresión económica argentina ha sido un proceso de décadas. La debacle actual es la consecuencia, en lo principal, de las políticas populistas de las distintas fases del peronismo, caracterizado siempre por la indisciplina fiscal. En todo caso, es más justo achacarle a Massa su palmaria ineficacia para lidiar con los problemas de corto plazo.

En el polo opuesto, otro conjunto de exlíderes (Rodríguez Zapatero; Menchú; Bachelet; Pérez Esquivel; et al) apoyaron públicamente a Massa. Ello, (sic) “en defensa de la democracia”, y en contra de las “propuestas neoliberales” atribuidas a Milei, “que en el pasado han resultado letales (1) para la sociedad argentina y para toda la región”. Como casi toda retó rica política, esta última frase conlleva una deformación de la realidad. Las propuestas de Milei no son una copia del decálogo del Consenso de Washington; son, más bien, una versión criolla de las ideas de la Escuela Austriaca de Economía. ¿Debatibles? Sin duda. Pero no “letales”. En todo caso, culpar al liberalismo (viejo o nuevo) de los males argentinos es absurdo, para decirlo con suavidad.

Para cuando Ud. lea esta nota, paciente lector, ya se podrá conjeturar algo sobre el futuro de Argentina. ¿Más de lo mismo, o un cambio radical? Será difícil, como quiera.

Una notita (más o menos) técnica

Forward guidance es un término usado por el Fed hace ya muchos años. Se trata de un instrumento de comunicación que el banco usa para transmitir al público una idea sobre el curso probable de la política monetaria. Se supone que con ello ayuda a las personas y a las empresas a tomar mejores decisiones. Ello depende, por supuesto, de la claridad y de la congruencia del mensaje. En español, quiere decir guía hacia adelante.

Desde luego, en materia de política monetaria, la única guía relevante es la que sirve, o quiere servir, para lo que viene. Una guía hacia atrás (backward guidance?) sería, en el mejor de los casos, una herramienta para entender la historia.

El autor es profesor de Economía en la EGADE Business School, ITESM

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