Transcripción:
Las razones del crecimiento de la inversión extranjera
Parecería un contrasentido lo que sucedió con la inversión extranjera directa en el primer trimestre del año.
De acuerdo con los datos preliminares, México alcanzó un máximo histórico de Inversión Extranjera Directa (IED) durante el primer trimestre de 2025, con un flujo de alrededor de 21.4 mil millones de dólares.
Este monto preliminar representa un incremento del 5.4% respecto al mismo periodo de 2024. Se trata del nivel trimestral más alto registrado en la historia económica del país. Ese monto subraya un fuerte cambio en la dinámica de atracción de capital foráneo.
Este repunte ocurre a pesar de un entorno global de incertidumbre.
La inversión llegó a los sectores en los que tradicionalmente se ha concentrado, como las manufacturas, pero también se observan flujos en logística y en servicios financieros.
¿Por qué la inversión foránea está marcando cifras récord cuando la inversión local va a la baja? Las últimas cifras del INEGI, al mes de febrero, señalan una caída de la inversión total del 6%, lo que acumula ya seis meses de cifras negativas, marcando claramente una tendencia decreciente.
La inversión privada retrocedió en el primer bimestre un 5.2%, pero la inversión pública lo hizo un 24.4%.
Otro de los indicadores que nos sugiere preguntas es la encuesta empresarial que realizan mes a mes el Banco de México y el INEGI.
Al cuestionar, por ejemplo, a los empresarios de la manufactura sobre si ahora es buen momento para invertir, el índice correspondiente marca un decrecimiento del 14% en el mes de abril respecto al mismo mes del año anterior.
La encuesta de Banxico entre expertos señaló que solo el 2% de los interrogados dijo al final de abril que este momento era bueno para invertir, mientras que el 71% refirió que era un mal momento.
¿Qué es lo que ven los extranjeros que los mexicanos no vemos? Hemos hecho esta pregunta en diversas ocasiones.
Hoy estas son las respuestas: 1. Más allá de Trump y los aranceles, nuestra posición geográfica y la existencia de un Tratado Comercial con Estados Unidos —que seguramente va a permanecer— son factores determinantes.
La estructura global de las cadenas de suministro y el nearshoring son otros de los factores críticos. Más allá del freno que tuvo la relocalización a partir de la llegada de Trump, persiste y tiene impulso.
Diferente percepción del riesgo. Cuando las empresas comparan el riesgo de México, con todos los ingredientes locales que existan, contra el riesgo presente en otros lugares del mundo, la ventaja usualmente es para el país. No sucede lo mismo con los inversionistas que solo pueden medir el riesgo de México.
La infraestructura existente. Hay muchos factores que limitan la infraestructura en el país; quizá el ámbito más importante sea el de la energía eléctrica, pero al observar las tendencias, se aprecia que hay posibilidades de que en ese ámbito y en otros se logren salvar los principales cuellos de botella.
La estabilidad. Aunque en México damos por sentado que existe estabilidad, cuando las comparaciones ocurren en el ámbito global, resulta que este es un argumento para la inversión en el que nuestro país tiene muchos activos.
El bono demográfico. Aquí a veces no lo apreciamos, pero el hecho de que, al menos por un par de décadas, vayamos a tener una alta proporción de población en edad laboral respecto al total es algo que también constituye un argumento para las inversiones que apuntan al mercado interno.
La creciente participación femenina en el mercado laboral. Actualmente, la proporción de mujeres en el mercado laboral es del 41.3%, pero hace tres lustros era del 37%. Esa proporción creciente significa más poder de compra en los hogares.
Hay otros argumentos, pero basta con estos para explicar el crecimiento de la inversión extranjera, sobre la base de variables que a veces ignoramos en México.
No nos sorprendamos. Los extranjeros ven frecuentemente cosas que nosotros no.