Transcripción:
A partir del domingo 1 de junio de 2025, el pueblo elegirá a sus juzgadores para crear un auténtico Estado de Derecho.
Este diciembre, la espera de los mexicanos de una disculpa por parte del expresidente Ernesto Zedillo cumple 30 años por haber desatado una de las peores crisis económicas y devaluaciones que ha sufrido nuestro país. Hasta el momento, no se ha tenido ni una explicación; al contrario, el exmandatario terminó su mandato y se fue del país.
Incluso, el periodo zedillista es catalogado por analistas como uno de los peores. Para dimensionar lo dicho, recordemos que durante ese gobierno crecieron en 40 millones el número de pobres y se incrementó la deuda del país. Además, ocurrieron las masacres de Acteal en Chiapas y Aguas Blancas en Guerrero. Por una reforma constitucional en materia de ferrocarriles promovida por el entonces presidente Ernesto Zedillo, se privatizó el sistema ferroviario. Justo en ese periodo, se aplicó el rescate a la banca privada a través del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) para que la deuda de los banqueros se volviera pública, impactando de manera negativa al país, como la devaluación de hasta 300 por ciento del peso frente al dólar y el aumento considerable de la inflación que llevó a la quiebra a miles de empresas.
Y así podemos seguir con los errores que se cometieron durante el periodo de 1994 al año 2000, pero este espacio sería insuficiente para describir cada uno de ellos.
Por ello, resulta indignante que Ernesto Zedillo Ponce de León, durante la Conferencia Anual de la Barra Internacional de Abogados (IBA), se haya mostrado preocupado por la aprobación de la reforma al Poder Judicial. Y es que, haciendo un recuento de su gobierno como presidente, este personaje carece de toda calidad moral para afirmar lo que dice, por lo que coincido con la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, quien asegura que Zedillo representa al viejo régimen y "es el mejor ejemplo del vínculo entre el poder económico y el poder político...".
De igual forma, Ernesto Zedillo representa el colmo del cinismo, ya que, en lugar de ofrecer disculpas a las mexicanas y a los mexicanos, viene a darnos clases de principios, de ética, de moral, de democracia, como todo un vocero de la derecha; un acto que, lejos de ser tomado en cuenta, pareciera una provocación por el grado de desfachatez con la que se atreve a criticar la reforma al Poder Judicial.
Sin duda, una crítica que demuestra enojo, quizá porque en 1994 el expresidente concretó una reforma que puso al Poder Judicial al servicio de unos cuantos y llenó de privilegios a ministros, jueces y magistrados, cuyos cargos se deben a cuotas partidistas.
Por eso es entendible su ira, pues con esta reforma que tanto le dolió se pone fin a los vicios y omisiones que aún prevalecen en dicho poder, a tal grado que apenas la Organización de Naciones Unidas (ONU) ha detectado 90 mil personas que están presas aún sin sentencia, una cifra alarmante que ha dado la vuelta al mundo.
Lo bueno de todo esto es que las críticas llenas de ira de una persona como Ernesto Zedillo dejan ver que ahora sí el Poder Judicial responderá a los intereses del pueblo y no a una pequeña élite o cúpula partidista. A partir del domingo 1 de junio de 2025, el pueblo elegirá a sus juzgadores para crear un auténtico Estado de Derecho en el que todos, sin excepción, pagarán sus culpas. Por ello, quizá le temen a esta reforma aquellos que aún representan a ese régimen caduco que se niega a morir y a dejar sus privilegios.