Paga AICM casi 197 mdp por tecnología chafa


Resumen:

La compra fue a la misma empresa que vendió detectores de droga falsos a la Sedena, Semar y el Ejército Mexicano en el sexenio de Felipe Calderón

Transcripción:

La compra fue a la misma empresa que vendió detectores de droga falsos a la Sedena, Semar y el Ejército Mexicano en el sexenio de Felipe Calderón

Omar Montalvo

CIUDAD DE MÉXICO.- Aunque la empresa "Seguridad e Inteligencia con Tecnología de Vanguardia, S.A. de C.V. (Segtec)" cuenta con un historial de fraude, por distribuir detectores falsos de droga y explosivos, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), en manos del Vicealmirante Piloto Aviador Retirado, Carlos Ignacio Velázquez Tiscareño, le entregó casi 197 millones de pesos para adquirir equipos similares.

En la plataforma oficial Compranet, aparece el contrato asignado a dicha compañía y está identificado como SRM/GRM/2229/2023. Éste detalla que, el pasado 19 de julio, la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) comprometió 196 millones 843 mil 500 pesos para la Segtec, por la "adquisición integral de equipos de seguridad para los puntos de inspección de personas, equipaje de mano y controles de acceso para el Aeropuerto Internacional Benito Juárez Ciudad de México".

Los equipos de seguridad se desglosaron en 63 máquinas de rayos x Orion 920DX; 99 detectores de explosivos Rapiscan Itemiser SX, y 35 detectores de explosivos portátiles Mobile Trace Explosives.

Durante el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012) -uno de los más violentos por declararle la guerra al narcotráfico-, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Secretaría de Marina (Semar) y el Ejército Mexicano, así como 27 gobiernos municipales y estatales, compraron a Segtec mil 112 detectores GT200, por cerca de 450 millones de pesos.

Estos aparatos fueron diseñados y producidos por el inglés Gary Bolton, con su empresa Global Technical, pero al cabo de cuatro años los detectores GT200 fueron identificados como fraude por la Corte Criminal Central de Londres. Sin embargo, Segtec opera con normalidad en México y no hubo ningún culpable por la adquisición de dichos aparatos.

Tras el veredicto de esa instancia inglesa, al menos los gobiernos de Colima y Guanajuato denunciaron a la empresa Segtec por cometer fraude con los detectores. Los entonces gobiernos del Estado de México, Sinaloa e Hidalgo también participaron en la compra fraudulenta.

Segtec vendió los detectores como un producto capaz de detectar drogas en un radio de 700 metros de distancia, en los retenes y puntos de control de seguridad, por lo que se ganó el mote de "ouija del diablo". Pero en realidad sólo era un pedazo de plástico, parecido a una pistola de silicón, con una antena similar a la de las televisiones analógicas.

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