Transcripción:
QUEDA A DEBER EL NEARSHORING
Para la industria de la construcción en México, el fenómeno de la relocalización de empresas extranjeras no trajo el crecimiento esperado por el sector y el Gobierno.
La aceleración de la relocalización industrial (nearshoring), tras la pandemia de Covid-19, generó grandes expectativas de inversión para la economía mexicana y la industria de la construcción que se apagaron casi de inmediato. En 2021, las grandes obras públicas del Gobierno federal y las expectativas generadas por la relocalización impulsaron la inversión y, por ende, la construcción; sin embargo, en 2024, se registró una importante desaceleración del Producto Interno Bruto (PIB) del ramo.
Mientras que en el periodo 2021-2023, el PIB constructor creció a una tasa anual de 9.49 por ciento, en 2024 el avance fue de sólo 2.81 por ciento, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía y del Banco de México (Banxico).
Esta desaceleración es más pronunciada en la Inversión Fija Bruta en construcción, que pasó de un crecimiento real de 18.4 por ciento en 2023 a un avance de 2 por ciento en 2024. En específico, la construcción no residencial pasó de un incremento de 33.6 por ciento en 2023 a 0.4 por ciento en 2024. Así, aunque el fenómeno del nearshoring generó la expectativa de grandes montos de inversión, tanto extranjera como nacional, el impulso al PIB de la construcción fue sólo en el plazo inmediato al fin de la pandemia de Covid-19.
Sobre el aumento esperado en la Inversión Extranjera Directa (IED), derivado de la relocalización, en 2021 y 2022 se registraron incrementos anuales de 18.8 y 8.3 por ciento, respectivamente.
Pero para 2023 y 2024 hubo una desaceleración con avances de 0.4 y 1.1 por ciento en ese orden.
Para Luis Méndez Jaled, presidente nacional de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), México enfrenta desafíos como la necesidad de mejorar su infraestructura energética, hídrica y logística para capitalizar plenamente el nearshoring. Enfrentar esos desafíos tendrá como efecto colateral el impulso la industria de la construcción. "En la CMIC hemos hecho alusión a que deben destinarse cerca de 90 mil millones de pesos durante los próximos 10 años para frenar la crisis hídrica", apuntó el directivo en un evento la semana pasada.
Durante este año, la inversión que se destinará al tema hídrico es de 20 mil millones de pesos para la creación de proyectos ejecutivos que garanticen el desarrollo de las obras y la relocalización de empresas.
Para mejorar la infraestructura logística, se espera la construcción de carreteras, puertos y vías férreas. Méndez Jaled señaló que se tiene contemplada la construcción de 11 distribuidores viales en diversas ciudades del país, además de la ampliación y acciones de rehabilitación en 11 puertos marítimos. En lo que se refiere a la infraestructura energética, el presidente de la CMIC apuntó que entre 2024 y 2030, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) contempla una inversión de 23 mil 400 millones de dólares. "Con el objetivo de generar 54 por ciento de la energía eléctrica nacional, mientras que 46 por ciento restante será cubierto por la inversión privada", detalló.
Interdependencia. El Producto Interno Bruto (PIB) de la industria de la construcción guarda estrecha relación con la inversión extranjera y la inversión total de México.