Resumen:
Si usted, lector, se quiere al menos un poco, aunque sea un poquitito, se va a imponer como gozosa obligación asistir el próximo sábado 5 de julio a las 19 hrs., al Centro Cultural Teopanzolco de Cuernavaca al concierto Memorias de Cuba con el músico y humorista Alejandro García "Virulo". El humor de este cantautor, perteneciente a la denominada Nueva Trova Cubana, no sólo va a sanar su alma, sino que la va a sublevar, la hará transitar entre la sonora carcajada y la franca reflexión irónica. Así como los médicos recomiendan reír por los beneficios evidentes en la salud mental y física dado que reduce el estrés y levanta el estado de ánimo, los neurocientíficos han encontrado que la risa no sólo despierta las neuronas espejo de la empatía, sino que estimula directamente las zonas del cerebro donde se produce la adrenalina, la noradrenalina, la serotonina, la dopamina y las endorfinas. Ya lo sabe, si quiere placer y doparse naturalmente, disfrute del humor de Virulo que tiene una virtud que de seguro no le va a dañar: es humor inteligente.
Transcripción:
Si usted, lector, se quiere al menos un poco, aunque sea un poquitito, se va a imponer como gozosa obligación asistir el próximo sábado 5 de julio a las 19 hrs., al Centro Cultural Teopanzolco de Cuernavaca al concierto Memorias de Cuba con el músico y humorista Alejandro García "Virulo". El humor de este cantautor, perteneciente a la denominada Nueva Trova Cubana, no sólo va a sanar su alma, sino que la va a sublevar, la hará transitar entre la sonora carcajada y la franca reflexión irónica. Así como los médicos recomiendan reír por los beneficios evidentes en la salud mental y física dado que reduce el estrés y levanta el estado de ánimo, los neurocientíficos han encontrado que la risa no sólo despierta las neuronas espejo de la empatía, sino que estimula directamente las zonas del cerebro donde se produce la adrenalina, la noradrenalina, la serotonina, la dopamina y las endorfinas. Ya lo sabe, si quiere placer y doparse naturalmente, disfrute del humor de Virulo que tiene una virtud que de seguro no le va a dañar: es humor inteligente.
Alejandro García "Virulo" ha construido una carrera entrambasaguas (permítaseme el arcaísmo) entre su natal Cuba y México desde hace décadas, lo cual no ha excluido su presencia en múltiples países iberoamericanos donde deleita a muy diversos públicos. Sus lazos con México pasan también por la construcción de una bellísima familia con la cineasta Iania Velasco y por ello no es extraño que uno de sus hijos se llame Emiliano y el otro, Sebastián, le acompañe en los conciertos tanto en el rol de técnico como en el de músico, incluido el que dará el próximo sábado en el Teopanzolco. Y este mestizaje cultural entre las realidades cubana y mexicana, que de por sí tiene una historia de por lo menos 500 años, se muestra contundente en la construcción de una obra musical riquísima en matices. La crítica política y social, desenmascaradora de taras de ambos pueblos, ha sido central en la obra viruliana para no dejar títere con cabeza. Igual se ha metido humorísticamente con los políticos de la isla que con los de tierra azteca, aunque no podemos obviar que ocupan un lugar preponderante de sus canciones los mandatarios norteamericanos y sus posturas no sólo de bloqueo contra la isla sino las imperialistas y belicistas que hoy -y ayer- tiene de cabeza al mundo.
Los invito, lectores, a escuchar Los buenos y los malos, por ejemplo. Con esa sola canción Virulo desmonta lo que Chomsky y otros tantos analistas serios han denunciado a lo largo de décadas sobre las políticas colonialistas y depredadoras de los Estados Unidos. En ella expone cómo los intereses de nuestro vecino del norte crean, ponen y quitan gobiernos a conveniencia para seguir robándose los recursos naturales del mundo, mantener su redituable maquinaria de guerra masacrando pueblos y, además, hacerse los buenitos que han de salvar al mundo. Echar una hojeada al libro Confesiones de un sicario económico (2004) de John Perkins que estuvo involucrado en el derrocamiento de gobiernos latinoamericanos, por ejemplo, nos demuestra la perversidad imperialista en la que coincide la inteligencia que hay detrás de las canciones del cantautor cubano.
Muy temprano en los años 90 del siglo pasado, lo escuché por primera vez en el Teatro del IMSS de la ciudad de Mexicali donde el prematuramente desaparecido dramaturgo Ángel Norzagaray nos había invitado a dar un concierto -a Virulo y Rolandito Valdéz- y un taller de dramaturgia -a quien esto escribe. Si no recuerdo mal, ahí se interpretaron las canciones de su disco El Génesis según Virulo que nos transporta a un viaje desde los inicios muy sexuales de la humanidad hasta la bomba atómica del presidente Harry Truman. Desde ese momento me volví un fiel seguidor y amigo de Alejandro, así como su programador cuando estuve al frente del Teatro Casa de la Paz de la UAM.
La mirada a veces tierna o "inocente" de algunas de sus canciones (¿cuántas veces no nos hemos reído con El niño caníbal o con El colibrí nos ha llenado de ternura?) funcionan entre su producción como un estupendo contrapunto ante las cosas terribles que a veces aborda y que nos encaja como una cuchillada suavecita que pareciéramos no percibir porque inevitablemente nos arranca sonoras carcajadas. La manera en que articula las letras -y música, obvio- de sus composiciones nos recuerda a otros grandes del humor como los argentinos Les Luthiers, con quienes sostuvo una gran amistad.
Como cereza en el pastel de lo que podrán ustedes disfrutar este sábado en el Teopanzolco, está el acompañamiento del inmenso Rachid López. Este guitarrista es súper conocido por ustedes también porque suele acompañar en la mayoría de los conciertos y giras al maestro Silvio Rodríguez aunque es evidente que es un músico con una valía artística individual indiscutible. Es, realmente, un espectáculo impresionante verlo tocar virtuosamente su instrumento y ha sido comparado con justicia con el inmortal Paco de Lucía. Así que, ya lo sabe, acuda a la plataforma de www.boletia.com o a las taquillas del Teopanzolco y disfrute.