El huracán Otis que devastó el puerto de Acapulco el 25 de octubre dejó prácticamente inoperante la llamada industria sin chimeneas, la hotelería.
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El huracán Otis que devastó el puerto de Acapulco el 25 de octubre dejó prácticamente inoperante la llamada industria sin chimeneas, la hotelería.
Una de las mayores temporadas turísticas del año está a la vuelta de la esquina y los empresarios del ramo trabajan, con apoyo oficial o no, en la reconstrucción de los hoteles, y estiman que el 20% del hospedaje estará disponible en este mes.
Dos hoteles ya cerraron sus puertas y no saben cuándo podrán reiniciar operaciones, el ElCano y el Amarea, los cuales ya iniciaron el proceso de liquidación de sus empleados.
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Ante tal panorama y la necesidad de hacer llegar recursos al puerto a toda costa, la alcaldesa de Acapulco, Abelina López Rodríguez, hizo una invitación a un sector de turismo anteriormente no muy bien visto en el puerto, el del clásico hotel Camarena.
Es decir, turistas que gustan acampar en las playas con la finalidad de evitar pagar hospedaje, disfrutan despertarse por la mañana y salir directamente al mar, cocinan sus alimentos en anafres y se surten de lo necesario en las tiendas de autoservicio.
"Esta ciudad vive del turismo, nosotros entre el servicio y comercio dependemos del 80% del turismo que venga y nos queda claro que aún cuando Otis pasó hace un mes, reconstruir una ciudad en un mes sería engañarme a mí misma, me parece que vamos avanzando", señala la presidenta en una entrevista con un medio de comunicación nacional.
Para ello la primer edil del municipio garantiza la seguridad para quienes decidan venir con todo y sus tiendas de campaña, esta vez con todas las facilidades. La vigilancia la proporcionarán la Guardia Nacional, la Marina y el Ejército.
Prestadores de servicios turísticos, vendedores de artesanías y hasta palaperos se sumaron al llamado y ofrecieron colaborar en las labores de vigilancia para evitar al 100 por ciento cualquier tipo de percance.