Día de Muertos y Halloween 2025 más caros que el año pasado
Resumen:
ANPEC pronostica un cierre de año caliente y una helada cuesta de enero, adornada con aumentos de impuestos y nuevos cobros.
Transcripción:
ANPEC pronostica un cierre de año caliente y una helada cuesta de enero, adornada con aumentos de impuestos y nuevos cobros.
Genoveva Ortiz
A unos días de la celebración del Día de Muertos, las familias se preparan para recibir con decorativos y emotivos altares y ofrendas a sus seres queridos que ya se han ido. Este año, el costo promedio de una ofrenda tradicional puede alcanzar los 2,135 pesos; es decir, 18% más que el año pasado.
El Día de Muertos se acerca, y con él la oportunidad de revivir recuerdos, contar historias y mantener vivos a quienes ya no están. Esta festividad no solo es un acto de memoria, sino también una celebración de la vida compartida.
En cada hogar se preparan altares que combinan tradición y cariño, por lo que un estudio elaborado por la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), estima que las familias gastarán en promedio 326 pesos más que el año pasado, cuando colocar un altar costaba alrededor de 1,809 pesos.
Las familias tendrán que elaborar primero un presupuesto, para calcular el gasto que implica la compra de cada uno de los elementos que componen una ofrenda tradicional para el Día de Muertos, a fin de evitar gastos innecesarios o excederse.
Entre los principales elementos que conforman un altar destacan las fotografías y los alimentos que los seres queridos disfrutaban en vida, como frutas, mole, tamales y pozole ($585); tequila ($340); agua ($15); calaveritas de azúcar ($35); pan de muerto ($26); sal ($34); adornos como papel picado, manteles y petates artesanales ($500); veladoras ($240) y flores de cempasúchil ($360).
Muchas familias también dedican tiempo a visitar el panteón, una tradición que implica limpiar y decorar las tumbas, lo que representa un gasto adicional por traslados (entre $250 y $350) y servicio de limpieza ($500).
El pan de muerto se mantiene como un ícono estacional y presenta distintas opciones en el mercado. En panaderías locales, el pan tradicional cuesta entre $15 y $150, mientras que las versiones con relleno van de $25 a $190.
En franquicias, el precio del pan tradicional oscila entre $30 y $240, y el relleno entre $45 y $340. Por su parte, los supermercados ofrecen pan tradicional de $28 a $185 y pan con relleno entre $36 y $230. En promedio, estos precios reflejan un incremento del 21% respecto al año anterior.
Paralelamente, la celebración de Halloween sigue ganando popularidad en el país, debido a la ilusión que provoca en chicos y grandes poderse disfrazar del personaje tenebroso de su preferencia y salir a las calles a pedir la "tradicional calaverita".
Los disfraces infantiles tienen un precio que varía entre los $500 y $600, mientras que las fiestas temáticas entre amigos pueden alcanzar los $5,850 por diez personas. Este monto incluye botanas ($950), bolsas de dulces ($700), bebidas como refrescos, cerveza y tequila ($3,000), y decoraciones ($1,200).
Cada disfraz adicional puede representar un gasto extra de $800 a $1,500 o más, dependiendo de la calidad y el detalle. Esta fiesta representa un aumento del 19.4% respecto al año pasado.
Con las celebraciones de Día de Muertos y Halloween se da el banderazo de salida a la temporada de consumo más intensa del año. Las familias entran en un tobogán de gastos que se prolonga hasta el 2 de febrero, pasando por el Buen Fin, las posadas, las cenas de Navidad y Año Nuevo, la llegada de los Reyes Magos con su rosca y chocolate, y finalmente, los tamales del Día de la Candelaria.
Este periodo es el más caliente del año en términos de consumo. De una forma u otra, todos los niveles económicos participan, lo que deja a las familias extenuadas, endeudadas y con pasivos al inicio del nuevo año, donde enfrentaremos una helada cuesta de enero, ahora adornada con aumentos de impuestos y nuevos cobros.
El pronóstico de ANPEC apunta a un cierre de año intenso, con un arranque de 2026 marcado por casas de empeño llenas y una fuerte caída del consumo.
Las recomendaciones siguen siendo las mismas: planificar los gastos, evitar el endeudamiento y priorizar lo esencial sobre lo suntuario. Son tiempos de vacas flacas, y la mejor forma de enfrentarlos es con responsabilidad financiera y consumo consciente.
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Genoveva Ortiz
Periodista desde hace más de 23 años- Actualmente cubro temas de salud, economía, sector empresarial y Ciudad de México.
Genoveva Ortiz
A unos días de la celebración del Día de Muertos, las familias se preparan para recibir con decorativos y emotivos altares y ofrendas a sus seres queridos que ya se han ido. Este año, el costo promedio de una ofrenda tradicional puede alcanzar los 2,135 pesos; es decir, 18% más que el año pasado.
El Día de Muertos se acerca, y con él la oportunidad de revivir recuerdos, contar historias y mantener vivos a quienes ya no están. Esta festividad no solo es un acto de memoria, sino también una celebración de la vida compartida.
En cada hogar se preparan altares que combinan tradición y cariño, por lo que un estudio elaborado por la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), estima que las familias gastarán en promedio 326 pesos más que el año pasado, cuando colocar un altar costaba alrededor de 1,809 pesos.
Las familias tendrán que elaborar primero un presupuesto, para calcular el gasto que implica la compra de cada uno de los elementos que componen una ofrenda tradicional para el Día de Muertos, a fin de evitar gastos innecesarios o excederse.
Entre los principales elementos que conforman un altar destacan las fotografías y los alimentos que los seres queridos disfrutaban en vida, como frutas, mole, tamales y pozole ($585); tequila ($340); agua ($15); calaveritas de azúcar ($35); pan de muerto ($26); sal ($34); adornos como papel picado, manteles y petates artesanales ($500); veladoras ($240) y flores de cempasúchil ($360).
Muchas familias también dedican tiempo a visitar el panteón, una tradición que implica limpiar y decorar las tumbas, lo que representa un gasto adicional por traslados (entre $250 y $350) y servicio de limpieza ($500).
El pan de muerto se mantiene como un ícono estacional y presenta distintas opciones en el mercado. En panaderías locales, el pan tradicional cuesta entre $15 y $150, mientras que las versiones con relleno van de $25 a $190.
En franquicias, el precio del pan tradicional oscila entre $30 y $240, y el relleno entre $45 y $340. Por su parte, los supermercados ofrecen pan tradicional de $28 a $185 y pan con relleno entre $36 y $230. En promedio, estos precios reflejan un incremento del 21% respecto al año anterior.
Paralelamente, la celebración de Halloween sigue ganando popularidad en el país, debido a la ilusión que provoca en chicos y grandes poderse disfrazar del personaje tenebroso de su preferencia y salir a las calles a pedir la "tradicional calaverita".
Los disfraces infantiles tienen un precio que varía entre los $500 y $600, mientras que las fiestas temáticas entre amigos pueden alcanzar los $5,850 por diez personas. Este monto incluye botanas ($950), bolsas de dulces ($700), bebidas como refrescos, cerveza y tequila ($3,000), y decoraciones ($1,200).
Cada disfraz adicional puede representar un gasto extra de $800 a $1,500 o más, dependiendo de la calidad y el detalle. Esta fiesta representa un aumento del 19.4% respecto al año pasado.
Con las celebraciones de Día de Muertos y Halloween se da el banderazo de salida a la temporada de consumo más intensa del año. Las familias entran en un tobogán de gastos que se prolonga hasta el 2 de febrero, pasando por el Buen Fin, las posadas, las cenas de Navidad y Año Nuevo, la llegada de los Reyes Magos con su rosca y chocolate, y finalmente, los tamales del Día de la Candelaria.
Este periodo es el más caliente del año en términos de consumo. De una forma u otra, todos los niveles económicos participan, lo que deja a las familias extenuadas, endeudadas y con pasivos al inicio del nuevo año, donde enfrentaremos una helada cuesta de enero, ahora adornada con aumentos de impuestos y nuevos cobros.
El pronóstico de ANPEC apunta a un cierre de año intenso, con un arranque de 2026 marcado por casas de empeño llenas y una fuerte caída del consumo.
Las recomendaciones siguen siendo las mismas: planificar los gastos, evitar el endeudamiento y priorizar lo esencial sobre lo suntuario. Son tiempos de vacas flacas, y la mejor forma de enfrentarlos es con responsabilidad financiera y consumo consciente.
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Genoveva Ortiz
Periodista desde hace más de 23 años- Actualmente cubro temas de salud, economía, sector empresarial y Ciudad de México.