Sedena registra cinco grandes traiciones en el Cartel de Sinaloa


Resumen:

La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) tiene registradas, al menos, cinco grandes escisiones del Cártel de Sinaloa en cuatro décadas. La reciente captura de Ismael Zambada en Estados Unidos, en la que se habla de una traición de Joaquín Guzmán López contra El Mayo, sería la sexta y una de las mayores rupturas de la organización criminal.

Transcripción:

La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) tiene registradas, al menos, cinco grandes escisiones del Cártel de Sinaloa en cuatro décadas. La reciente captura de Ismael Zambada en Estados Unidos, en la que se habla de una traición de Joaquín Guzmán López contra El Mayo, sería la sexta y una de las mayores rupturas de la organización criminal.

El historial de traiciones está en el documento militar de 2021 Evolución de las organizaciones del narcotráfico en México.

La primera ruptura fue por la aprehensión de Joaquín E Chapo Guzmán en 1993. en la que acusó que sus antiguos aliados los Arellano Félix lo querían matar. Una nueva sacudida se da en 2004 con el asesinato de Rodolfo Carrillo Fuentes, "por órdenes de El Chapo", y la ejecución de Arturo Guzmán Loera, "por órdenes de Vicente Carrillo Fuentes" En 2008 la detención de Alfredo Beltran Leyva crea un rompimiento entre los Beltrán Leyva y el Cártel de Sinaloa, "al considerar que Guzmán Loera lo delato". Otra más en 2013 entre Rafael Caro Quintero y los Guzmán La última, tras la captura de El Chapo en 2016 en que Los Chapitos toman el control y se enfrentan con Los Dámaso Lopez.

CARTEL DE SINALOA, UNA HISTORIA LLENA DE TRAICIONES

Esta no es la historia de una narcoserie; es la historia del Cártel de Sinaloa registrada por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), a la que sumamos contextos de notas periodísticas y comunicados de los Estados Unidos. Contiene 41 hojas y se halla clasificado como Confidencial. La Defensa lo elaboró en abril de 2021 con el título Evolución de las organizaciones del narcotráfico en México.

En cuatro décadas, la organización ha registrado, al menos, cinco grandes escisiones. Sin embargo, podríamos estar en la puerta de una nueva reestructura.

La historia que cuentan los militares sobre el Cártel de Sinaloa y el narcotráfico nacional inicia en la década de 1970, con el llamado Cártel de Guadalajara. Esa época fue la del “florecimiento y desarrollo” del tráfico de narcóticos a gran escala, y se concentraba en Sinaloa, Nayarit, Colima, Jalisco, Michoacán y Guerrero. Era controlada por Miguel Ángel Félix Gallardo, alias El Jefe de Jefes, en colaboración con Ernesto Fonseca Carrillo, Don Neto; Rafael Caro Quintero y Juan José Quintero Payán, El Juanjo.

De esa estructura queda casi nada. La operación más grande la ha encabezado Caro Quintero en Sonora, especialmente el tiempo que estuvo fuera de prisión, y se le identificó como el Cártel de Caborca.

En los años 80, el Cártel de Guadalajara se debilitó, sus líderes fueron aprehendidos y llegó “hasta su parcial desaparición”. Esto dio paso a los grupos de Amado Carrillo Fuentes, alias El Señor de los Cielos, en Ciudad Juárez; los hermanos Arellano Félix, en Tijuana; Héctor Luis El Güero Palma Salazar y Joaquín Guzmán Loera, en Sinaloa.

Pero estas estructuras también empezaron a ser golpeadas: Guzmán Loera fue capturado en Guatemala, en junio de 1993, junto con unos de sus lugartenientes. El Chapo acusó entonces una primera traición porque sus antiguos aliados, los Arellano Félix, lo querían matar. El Güero Palma fue preso en 1995, y el 4 de julio de 1997 murió Amado Carrillo Fuentes.

El Cártel de Sinaloa formó parte del Cártel de Juárez, organización criminal que se consideraba la más poderosa hasta la muerte de Carrillo Fuentes. Tras esta fecha crecieron las vendettas y felonías.

En una tercera generación de grandes capos aparece Ismael Zambada García, alias El Mayo. Se une a Guzmán Loera en 2001, cuando se fuga del penal de Puente Grande, Jalisco. El escape sucede en un carrito de lavandería, entre ropa sucia y tras burlar los controles internos. La fuga fue asistida por Dámaso López Núñez, subdirector del penal y, más tarde, parte fundamental de la estructura criminal de El Chapo. Se hizo líder de una facción, Los Dámaso, pero concluyó en un nuevo conflicto interno, una traición que los convirtió en archienemigos entre padres e hijos.

En 2001 también se agrupan con El Chapo, Ignacio Coronel Villarreal, alias Nacho Coronel; Juan José Esparragoza Moreno, alias El Azul; y los hermanos Beltrán Leyva.

Tres años después, el 11 de septiembre de 2004, es ejecutado Rodolfo Carrillo Fuentes, alias El Niño de Oro, hermano de Amado Carrillo Fuentes, en Culiacán, Sinaloa, “por órdenes de Joaquín Guzmán Loera (a) Chapo Guzmán”. Ese asesinato sucedió en una plaza comercial, y sacudió nuevamente la estructura. Rodolfo, además, era custodiado por elementos de la policía de Sinaloa, lo que desató un escándalo de corrupción policial.

Posteriormente, sucede el asesinato de Arturo Guzmán Loera, alias El Pollo, hermano de El Chapo, el 31 de diciembre de 2004, “por órdenes de Vicente Carrillo Fuentes, se suscita una fractura en dicho cártel, dando inicio el Cártel de Sinaloa”.

Ambos homicidios desatan la cruenta batalla entre las estructuras criminales, hasta ahora, 20 años después, irreconciliables.

Así, se genera una ampliación de violencia en Chihuahua, principalmente en Ciudad Juárez, donde el Cártel de Sinaloa ha ido ganando espacios, “en tanto que Carrillo Fuentes se mantiene con presencia en algunos municipios del centro y norte del estado”. Los niveles de violencia en el estado fronterizo se dispararon.

Ya como Cártel de Sinaloa o Cártel del Pacífico, como lo nombra el gobierno federal, el 21 de enero de 2008 sufre una escisión profunda. Es detenido por personal militar, Alfredo Beltrán Leyva, alias El Mochomo, lo que crea un rompimiento entre los Beltrán Leyva y el Cártel de Sinaloa “al considerar que Joaquín Guzmán Loera lo delató ante el Ejército Mexicano”.

Una nueva acusación de traición y, con ello, una nueva reestructura y generación de híper violencia.

Ese día, el equipo de Alfredo, conocido como “La Mochomera”, estuvo a punto de irrumpir en la detención, pero una orden final los detuvo.

Parte importante de la batalla se libró en Sinaloa porque ahí estaban sus feudos. Los Beltrán Leyva se unieron a los Carrillo Fuentes contra el CDS. Atacaron por el norte y por el sur del estado, principalmente por la sierra, lo que provocó el desplazamiento forzado de miles de familias a las que obligaban a tomar bando, cuando algunas de ellas antes trabajaban para una sola organización criminal.

El 9 de agosto de 2013, en una maniobra en la que se presume corrupción dentro del Poder Judicial, el Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Tercer Circuito con sede en Jalisco ordenó la liberación de Rafael Caro Quintero. El capo se convierte nuevamente en un líder del Cártel de Sinaloa, crea su nueva facción, el Cártel de Caborca, e inicia una batalla con la facción de los Guzmán, hasta que es aprehendido nuevamente el 15 de julio de 2022 por elementos de la Secretaría de Marina.

Guzmán Loera fue nuevamente capturado el 22 de febrero de 2014 en Mazatlán, Sinaloa, mientras se hospedaba en unos condominios frente al mar, pero un año después se volvió a fugar, el 11 de julio de 2015, ahora del Altiplano, Estado de México, a través de un largo túnel que conectaba con su celda. Volvió a ser recapturado el 8 de enero en Los Mochis, Sinaloa, junto con Iván Gastélum, alias El Cholo Iván, su lugarteniente.

La casa donde se hallaba El Chapo era de dos pisos, y en su habitación tenía un pasadizo que conectaba con el sistema de drenaje pluvial de la ciudad. Salieron por una alcantarilla y robaron un vehículo que más tarde fue interceptado por elementos de seguridad.

El Chapo fue extraditado a los Estados Unidos el 19 de enero de 2017. A partir de ahí, Los Chapitos tomaron el control de la organización de su padre e incrementaron sus rivalidades dentro de la estructura del Cártel de Sinaloa, incluido con El Mayo Zambada.

En esas fechas, el CDS estaba estructurado por cuatro facciones: Iván Archivaldo Guzmán Salazar, Ismael Zambada García, Rafael Caro Quintero y Aureliano Guzmán Loera, alias El Guano, hermano de El Chapo y tío de Los Chapitos. Los militares también incluyeron a Juan José Esparragoza Monzón, El Negro o El Azulito, que falleció durante la pandemia de Covid-19.

Después de eso, se lee en el documento de 2021, la estructura criminal sinaloense no había sufrido más escisiones profundas… hasta ahora.

Por los tiempos del documento, la reciente captura de El Mayo Zambada en Estados Unidos no se halla analizada, pero las autoridades mexicanas han declarado que no descartan un conflicto interno, tanto que han enviado a cientos de militares a reforzar la seguridad de Culiacán. Aún no se conocen los hechos con exactitud, sin embargo, hay una amplia posibilidad de que haya sido una nueva traición, ahora de Joaquín Guzmán López en contra de El Mayo. Esta sería una de las más grandes rupturas de la organización criminal.