Rompen concreto para salvar árboles
Resumen:
Suman ciudadanos 15 intervenciones que les hacen llegar otros residentes
Transcripción:
Suman ciudadanos 15 intervenciones que les hacen llegar otros residentes
Con mazos y picos, vecinos de la Alcaldía Benito Juárez rompen el cemento que cubre las raíces de los árboles.
Buscan salvarlos de morir.
A través de reportes que reciben, cerca de 10 habitantes han acudido afuera de restaurantes, viviendas y hasta escuelas, donde se colocó concreto en los cajetes.
Dicha práctica provoca que los ejemplares enfermen y sean más propensos a plagas, pues dejan de absorber agua. El vecino Andrés Guzmán detalló que en los últimos meses han atendido 15 llamados de este tipo.
"No es lo difícil llegar con los mazos y romper, sino retirar el concreto. Un árbol que liberamos en Zapata, pues sacamos casi media tonelada en cascajo.
"No se dan cuenta de que lo están matando; sí se dan cuenta y es lo que quieren para evitarse el pago para talar el árbol, para que desaparezca", dijo Guzmán. Solo sobre la Calle Matías Romero, casi esquina con Adolfo Prieto, en la Colonia Del Valle, hay tres ejemplares de pie cubiertos con cemento.
Dos son pirules de Brasil, uno de los cuales ya presenta una plaga de hongos y el otro de insectos defoliadores, mientras que el tercero es un trueno, también con plagas y debilitamiento, explicó el biólogo Julio Gutiérrez.
"El árbol, la única manera que puede recibir agua es por cajete; ahí es donde recibe el agua y sus nutrientes, entonces, si tú le vas reduciendo el diámetro, le reduces la captación de agua. ¿Eso qué te da? El estado de salud va empeorando.
"Mucha gente no hace conciencia de los servicios ecológicos que prestan los árboles; muchas veces los árboles los usan como mobiliario urbano", lamentó Gutiérrez.
El rescate ciudadano que se aplica en Benito Juárez ha sido realizado en otros países, como el caso de Portland, en Oregón, Estados Unidos.
Ahí, voluntarios han levantado varios metros cuadrados de concreto con la finalidad de que vuelvan a crecer plantas y descompactar el suelo. "Es una constante que tú puedes ver, cómo cada vez van desapareciendo más las áreas verdes. Hay vecinos que cuando pasan nos piden el mazo y también se suman a quitar (el concreto)", concluyó Guzmán.
ESPERANZA
Tarde o temprano, los árboles de la CDMX cuyas bases son invadidas están condenados a morir, pero existen procesos de recuperación que los pueden salvar, coincidieron especialistas.
Saúl Alcántara, profesor investigador del Departamento de Medio Ambiente de la UAM, explicó que esa pésima práctica que hacen algunos ciudadanos provoca que el arbolado entre en estrés hídrico y de nutrientes.
Si bien las plantaciones son resilientes y buscan alternativas en el subsuelo para absorber líquidos, el tiempo de vida se acorta.
"Cuando se le mete el concreto, aunque sean árboles nativos que sí soportan, digamos, un estrés hídrico o de nutrientes, como se constriñe mucho y llueve, empieza a haber pudriciones entre la corona de la raíz y el fuste y por eso se vienen abajo", comentó Alcántara.
En caso de que la mezcla sea retirada de las raíces, los ejemplares pueden encontrar una segunda oportunidad.
"Se tendría que descompactar el suelo que está alrededor de las raíces y después empezar a aplicar microorganismos y nutrientes, como la composta, por ejemplo, para que se pueda empezar a nutrir todo el suelo que está descompactado", apuntó Greta Alcántara, especialista en jardines urbanos.
Andrés Guzmán, vecino:
"No es lo difícil llegar con los mazos y romper, sino retirar el concreto. Un árbol que liberamos en Zapata, pues sacamos casi media tonelada en cascajo".
PRISIÓN. Julio Gutiérrez, biólogo, junto a un árbol con raíces cubiertas en Matías Romero.
Una de las 15 liberaciones que han hecho los vecinos de BJ: descubrir el cajete es una cuestión de vida o muerte.
Con mazos y picos, vecinos de la Alcaldía Benito Juárez rompen el cemento que cubre las raíces de los árboles.
Buscan salvarlos de morir.
A través de reportes que reciben, cerca de 10 habitantes han acudido afuera de restaurantes, viviendas y hasta escuelas, donde se colocó concreto en los cajetes.
Dicha práctica provoca que los ejemplares enfermen y sean más propensos a plagas, pues dejan de absorber agua. El vecino Andrés Guzmán detalló que en los últimos meses han atendido 15 llamados de este tipo.
"No es lo difícil llegar con los mazos y romper, sino retirar el concreto. Un árbol que liberamos en Zapata, pues sacamos casi media tonelada en cascajo.
"No se dan cuenta de que lo están matando; sí se dan cuenta y es lo que quieren para evitarse el pago para talar el árbol, para que desaparezca", dijo Guzmán. Solo sobre la Calle Matías Romero, casi esquina con Adolfo Prieto, en la Colonia Del Valle, hay tres ejemplares de pie cubiertos con cemento.
Dos son pirules de Brasil, uno de los cuales ya presenta una plaga de hongos y el otro de insectos defoliadores, mientras que el tercero es un trueno, también con plagas y debilitamiento, explicó el biólogo Julio Gutiérrez.
"El árbol, la única manera que puede recibir agua es por cajete; ahí es donde recibe el agua y sus nutrientes, entonces, si tú le vas reduciendo el diámetro, le reduces la captación de agua. ¿Eso qué te da? El estado de salud va empeorando.
"Mucha gente no hace conciencia de los servicios ecológicos que prestan los árboles; muchas veces los árboles los usan como mobiliario urbano", lamentó Gutiérrez.
El rescate ciudadano que se aplica en Benito Juárez ha sido realizado en otros países, como el caso de Portland, en Oregón, Estados Unidos.
Ahí, voluntarios han levantado varios metros cuadrados de concreto con la finalidad de que vuelvan a crecer plantas y descompactar el suelo. "Es una constante que tú puedes ver, cómo cada vez van desapareciendo más las áreas verdes. Hay vecinos que cuando pasan nos piden el mazo y también se suman a quitar (el concreto)", concluyó Guzmán.
ESPERANZA
Tarde o temprano, los árboles de la CDMX cuyas bases son invadidas están condenados a morir, pero existen procesos de recuperación que los pueden salvar, coincidieron especialistas.
Saúl Alcántara, profesor investigador del Departamento de Medio Ambiente de la UAM, explicó que esa pésima práctica que hacen algunos ciudadanos provoca que el arbolado entre en estrés hídrico y de nutrientes.
Si bien las plantaciones son resilientes y buscan alternativas en el subsuelo para absorber líquidos, el tiempo de vida se acorta.
"Cuando se le mete el concreto, aunque sean árboles nativos que sí soportan, digamos, un estrés hídrico o de nutrientes, como se constriñe mucho y llueve, empieza a haber pudriciones entre la corona de la raíz y el fuste y por eso se vienen abajo", comentó Alcántara.
En caso de que la mezcla sea retirada de las raíces, los ejemplares pueden encontrar una segunda oportunidad.
"Se tendría que descompactar el suelo que está alrededor de las raíces y después empezar a aplicar microorganismos y nutrientes, como la composta, por ejemplo, para que se pueda empezar a nutrir todo el suelo que está descompactado", apuntó Greta Alcántara, especialista en jardines urbanos.
Andrés Guzmán, vecino:
"No es lo difícil llegar con los mazos y romper, sino retirar el concreto. Un árbol que liberamos en Zapata, pues sacamos casi media tonelada en cascajo".
PRISIÓN. Julio Gutiérrez, biólogo, junto a un árbol con raíces cubiertas en Matías Romero.
Una de las 15 liberaciones que han hecho los vecinos de BJ: descubrir el cajete es una cuestión de vida o muerte.